“Probemos el amor a la Patria cumpliendo cada quien con nuestro deber. Nuestra gran pasión es y debe ser el Ecuador. Nuestra gran pasión, oídme; es y debe ser el Ecuador. Este Ecuador que no lo queremos enredado en lo intrascendente, sino en lo valeroso, luchador, infatigable, forjando un destino de grandeza”.
– Jaime Roldós Aguilera
Ante las cifras de una realidad dolorosa cómo alimentar al desnutrido para que sienta la calidez desvinculada de su corazón, cómo medir el infortunio del desventurado, del invadido por un temor incalculable, de aquel que quiere dibujar un sueño, un sueño que le sabe igual al tamaño de todas las utopías.
Debe sostenerse de un pasamanos, de un instrumento que lo anime y lo vincule a renovarse, debe tratar a toda costa de resistir para volver a empezar. De que se motive pensando en positivo depende de él y del desarrollo de su entorno. Porque mantener la Paz de una Nación cualquiera que sea del planeta es un deber de consensos y no de conflictos.
Pensemos en cómo podemos aportar al bienestar común siendo honestos y transparentes, porque si esto no sucede se paga un alto precio ya que al tolerar la corrupción y la injusticia estamos fortaleciendo las cadenas de pobreza donde miles de seres humanos sufren hambre y desamparo.
Que en la ciencia el estudio sea para todos su eje y su destino ya que a través de él el Ecuador y el mundo gozarán no solo de porvenir sino de desarrollo.
Porque se necesitan jóvenes que miren cada día como una valiosa oportunidad para que se encaminen de manos de la justicia con la cual gobernaran el futuro, ante esto, es mi ferviente deseo que ningún óbice intente en vano subyugar la médula de sus preciados propósitos, porque el escudo de la verdad siempre estará con los ecuatorianos honestos que son la gran mayoría pues defender un legado es defender el corazón con que está constituido este
“Ecuador Amazónico”
Fuente: La nación
Le puede interesar: «¡Capturan al cabecilla de Los Tiguerones en Esmeraldas!»