El FC Barcelona atraviesa un momento crítico que se gestó hace dos meses, marcando el inicio de una decadencia que ha dejado al equipo azulgrana sumido en una preocupante situación. Aunque algunos podrían recordar la agónica remontada contra el Celta (3-2) como el último destello convincente, la realidad es que el declive se gestó mucho antes, específicamente en la 6ª jornada de Liga.
En aquel partido contra el Celta, el Barcelona se encontró en desventaja por 0-2, rompiendo la racha de contundentes victorias ante el Betis (5-0) y el Amberes (5-0). A pesar de una remontada agónica ese día, la actuación del equipo dejó mucho que desear, marcando el inicio de una serie de resultados y actuaciones decepcionantes.
Los siguientes encuentros contra Mallorca, Getafe y Sevilla revelaron un Barcelona incapaz de mantener su nivel anterior. Empates y victorias apuradas se volvieron la norma, y la consistencia defensiva también se vio comprometida. Aunque el equipo logró un valioso triunfo en Oporto en la Champions League, la actuación dejó dudas sobre la solidez del juego.
La crisis se agravó en la 9ª jornada contra Granada, donde el equipo se encontró en desventaja por dos goles en los primeros 30 minutos. A pesar de una reacción encomiable liderada por Lamine Yamal y Sergi Roberto, los puntos perdidos fuera de casa se acumularon, dejando al Barcelona con seis puntos menos en sus actuaciones a domicilio.
En este análisis de dos meses, se evidencia que el declive del Barcelona va más allá de un único partido y abarca una serie de actuaciones preocupantes. La consistencia, la eficacia ofensiva y la solidez defensiva se han desvanecido, planteando preguntas sobre el rumbo del equipo en los meses venideros.