El Ministro de Defensa de Corea del Sur, Kim Yong-hyun, presentó su dimisión el pasado miércoles, tras la implementación de la ley marcial en el país. En un comunicado público, Kim expresó sus disculpas a la ciudadanía surcoreana, reconociendo la confusión y preocupación generadas por la medida. Esta decisión también fue desencadenada por una moción de destitución presentada por la oposición, que acusó al gobierno de vulnerar la constitución.
La renuncia y el contexto político
Kim Yong-hyun ofreció su cargo al presidente surcoreano, Yoon Suk-yeol, quien aún no ha tomado una decisión sobre su aceptación. El ministro se mostró dispuesto a asumir toda la responsabilidad relacionada con la aplicación de la ley marcial, señalando que la culpa recaía completamente sobre él. En su comunicado, Kim subrayó que “todos los soldados que cumplieron con sus deberes relacionados con la ley marcial siguieron las instrucciones del Ministerio”. La dimisión se produce en un contexto político extremadamente tenso, marcado por la presión de la oposición y las críticas por parte de sectores de la sociedad surcoreana.
A pesar de que levantaron la ley marcial y la normalidad parece haber regresado a la vida diaria de los ciudadanos, Kim destacó que las condiciones políticas y de seguridad en el país seguían siendo complicadas. Afirmó que su prioridad sería garantizar que no se produjeran interrupciones en las operaciones de defensa nacionales, una tarea que consideraba esencial dada la situación interna del gobierno.
La ley marcial y la reacción de la oposición
El presidente Yoon Suk-yeol anunció la implementación de la ley marcial en una declaración televisada a altas horas de la noche del miércoles, en un intento por proteger el “orden constitucional” frente a actividades “antiestatales” que, según él, provenían de sectores de la oposición. En particular, Yoon señaló al Partido Democrático (PD) como responsable de las acciones consideradas como amenazas contra el Estado.
Sin embargo, la oposición, que tiene control sobre la Asamblea Nacional, no tardó en presentar una moción para derogar la ley marcial. Este intento tuvo éxito. Aprobaron la moción solo seis horas después de la imposición de la medida, lo que obligó al gobierno a retirarla. La situación escaló cuando las fuerzas militares se enfrentaron a parlamentarios, funcionarios y periodistas en el Parlamento. Esto aumentó aún más la tensión política en el país.
Las consecuencias políticas
El levantamiento de la ley marcial no resolvió la crisis política, y la oposición continuó su lucha contra el gobierno de Yoon. Los seis partidos de la oposición, que habían criticado fuertemente la medida, presentaron una moción parlamentaria para destituir al presidente. Asimismo, el PD presentó otra moción similar contra el Ministro de Defensa. La acusación principal de la oposición era que tanto Yoon como Kim habían violado la constitución al imponer la ley marcial sin razones suficientes, lo que consideraron una maniobra autoritaria.
La controversia sobre la aplicación de la ley marcial y las posteriores dimisiones y mociones de destitución reflejan una creciente polarización en la política surcoreana. Este incidente pone de relieve las tensiones internas que enfrenta el gobierno de Yoon, así como la división entre los poderes ejecutivo y legislativo del país.
Conclusión
La dimisión del Ministro de Defensa surcoreano, Kim Yong-hyun, tras la aplicación de la ley marcial, marca un momento crítico en la política de Corea del Sur. Aunque la ley marcial fue retirada y la vida en el país parece haberse normalizado, la crisis política persiste. Las acciones de Kim y Yoon seguirán siendo debatidas, mientras la oposición presiona por una revisión constitucional.
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