La industria del cannabis no psicoactivo y del cáñamo industrial en Ecuador está atravesando un crecimiento acelerado. Durante 2024, este sector generó aproximadamente 10 millones de dólares, y se estima que en 2025 podría superar los 17 millones. Esta evolución se vincula directamente con la creciente demanda de productos que contienen cannabidiol (CBD), sumado al marco legal que permite su desarrollo bajo regulaciones específicas.
No obstante, el Clúster de Industrias del Cannabis y Cáñamo del Ecuador (Cicce) advierte que el principal obstáculo sigue siendo el estigma. Muchas personas aún confunden los distintos usos del cannabis, lo cual impide una correcta valoración del cáñamo y del CBD en contextos terapéuticos, industriales y comerciales. Por eso es clave comprender las diferencias entre cannabis y marihuana, especialmente en lo referente a sus componentes activos: el CBD y el THC.
Diferencias entre cannabis y marihuana: compuestos y efectos
El cannabis es una planta con más de 100 compuestos activos conocidos como cannabinoides. Entre ellos, los más relevantes son el cannabidiol (CBD) y el tetrahidrocannabinol (THC). Aunque ambos compuestos poseen una fórmula molecular idéntica, su estructura atómica difiere, lo que resulta en efectos notablemente distintos en el organismo humano.
El CBD es un cannabinoide no psicoactivo. Se le atribuyen propiedades terapéuticas como el alivio del dolor crónico, la reducción de la ansiedad, y mejoras en la calidad del sueño. Su uso ha sido aprobado en numerosos países para tratar condiciones como epilepsia, inflamación y diversas afecciones neurológicas. Adicionalmente, se lo emplea en la fabricación de textiles, bioplásticos, cosméticos y suplementos alimenticios, gracias a su versatilidad industrial.
Por el contrario, el THC es el componente psicoactivo del cannabis. Es responsable de los efectos eufóricos y alteraciones perceptivas que se asocian comúnmente con la marihuana. Este compuesto actúa sobre el sistema nervioso central y su uso está restringido en Ecuador, aunque puede autorizarse con prescripción médica bajo ciertos parámetros.
Regulaciones legales y producción nacional
En Ecuador, la legislación permite la producción y comercialización del CBD siempre que el contenido de THC no supere el 1%. Esta regulación ha facilitado el registro de más de 800 productos, entre los cuales se incluyen alimentos funcionales, cosméticos, suplementos nutricionales y aceites esenciales.
Actualmente, existen 2.277 hectáreas destinadas al cultivo de cáñamo y cannabis no psicoactivo en el país. Se reconocen tres tipos de cultivos autorizados:
- CBD para biomasa, cultivado al aire libre.
- CBD como flor, producido bajo invernadero.
- Cáñamo industrial, empleado en la manufactura de fibras textiles, biocombustibles y materiales biodegradables.
Las provincias con mayor superficie destinada a este tipo de cultivos son Guayas (43%), Imbabura (17%) y Pichincha (16%). Sin embargo, no todas las hectáreas presentan siembra activa, de acuerdo con el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG).
Hectáreas con autorización para el cultivo de cannabis no psicoactivo en Ecuador

Educación: clave para el desarrollo del sector
Desde el Clúster de Industrias del Cannabis y Cáñamo se enfatiza que el crecimiento sostenible de esta industria dependerá en gran medida de la educación pública y profesional. Resulta imperativo fomentar la comprensión sobre las diferencias entre cannabis y marihuana, para poder aprovechar el potencial del CBD en áreas como la salud, el bienestar y la sostenibilidad industrial.
Mientras el CBD continúa ganando espacio en mercados regulados y sectores productivos, el THC permanece sujeto a un marco legal más restrictivo debido a su impacto psicoactivo. La correcta diferenciación entre ambos será crucial para superar prejuicios y garantizar el crecimiento de esta prometedora industria en Ecuador.
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