La Unión Nacional de Educadores (UNE) de Ecuador ha presentado una grave denuncia que pone de manifiesto una preocupante situación en el país. Según un informe de la Policía Nacional publicado recientemente, se estima que al menos 1.326 niños y adolescentes, con edades comprendidas entre los 12 y 17 años, han abandonado las aulas para involucrarse en las estadísticas de la delincuencia.
Alarma por las Cifras de los estudiantes que se unen a la delincuencia
El informe policial revela que durante el período comprendido entre enero y junio de este año, se detuvo a estos 1.326 menores por su participación en diversos delitos, incluyendo la “tenencia ilegal de armas, sicariato, microtráfico, robo” y otros actos criminales.
La UNE enfatiza que estos alarmantes datos reflejan que estamos hablando de niños, niñas y adolescentes que han abandonado su educación para sumergirse en el mundo de la delincuencia, en muchas ocasiones, debido a condiciones de pobreza en las que viven.
Otros Datos Preocupantes
No es la primera vez que se alerta sobre esta problemática. El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) reveló en un informe del año pasado que 195.188 niños y adolescentes, con edades entre los cinco y 17 años, habían dejado la escuela. Según el informe, esta decisión se debía a la necesidad de trabajar y contribuir con los gastos del hogar.
Adicionalmente, la UNE ha manifestado su profunda preocupación por el trágico destino de 192 menores de edad que han perdido la vida en medio de la guerra entre mafias en el país.
Asimismo, la organización señala que, hasta diciembre de 2022, había 300 adolescentes privados de libertad, representando el 1 % del total de personas encarceladas en ese momento.
Exigencias y Soluciones
La UNE hace un llamado urgente a actuar y dejar de enfocarse en el diagnóstico de la situación, pues consideran que las causas del abandono escolar están claras. Para lograr que estos miles de niños, niñas y adolescentes regresen a las aulas, es fundamental cuidar su salud, proporcionarles materiales de estudio, garantizar espacios educativos seguros y libres de violencia, así como ofrecer espacios de recreación. Además, es crucial generar oportunidades de trabajo para sus padres y madres.
Conclusión
Es imperativo abordar esta problemática con acciones concretas y efectivas para proteger el futuro de los niños y jóvenes de Ecuador. La educación y la seguridad son pilares fundamentales para el desarrollo de una sociedad próspera y justa. La denuncia realizada por la UNE es una llamada de atención para que todos los actores involucrados trabajen en conjunto en busca de soluciones que beneficien a toda la comunidad. La protección de la niñez debe ser una prioridad incuestionable.
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