La situación en la hidroeléctrica Coca Codo Sinclair, la más grande de Ecuador, se vuelve cada vez más crítica. El fenómeno de erosión regresiva del río Coca ha avanzado 1 400 metros solo en abril, dejando apenas 4,7 kilómetros de distancia entre el colapso y la captación principal de la central.
Un equipo de Televistazo llegó hasta el frente de erosión y constató la gravedad de la situación: el sedimento frágil se desmorona a simple vista, mientras el lecho del río cruje bajo la corriente que arrastra piedras, palos y arena.
Suelo débil y lluvias reactivan la amenaza
La aceleración del fenómeno se debe a que, en el punto actual de avance, el suelo presenta una composición más débil que en etapas anteriores. Carolina Bernal, docente e investigadora de la Escuela Politécnica Nacional, explicó a Ecuavisa que «ahora llegó a una roca mucho más fácil de erosionar. Con una crecida menor a las anteriores, el avance es mucho más rápido», alertó.
El aguacero del 6 de abril, que incrementó el caudal a 1 440 metros cúbicos por segundo, reactivó con fuerza el proceso erosivo. De acuerdo con los datos recopilados, en cinco años la erosión ha recorrido 15,3 kilómetros, y si se mantiene el ritmo de tres kilómetros anuales, el impacto sobre Coca Codo Sinclair podría concretarse en muy poco tiempo.
Un peligro inminente y desigual a lo largo del río
El comportamiento de la erosión no es uniforme: en la margen derecha, junto a la montaña, el socavón alcanza tres metros de profundidad, mientras que en la izquierda —donde cruzan tuberías estratégicas del SOTE y el OCP, además de la vía Quito–Lago Agrio— llega a dos metros.
La llegada de nuevas lluvias, previstas para junio y julio, podría agravar aún más el fenómeno. «No solamente depende de la litología, sino también de los caudales», advirtió Bernal.

Críticas a las medidas de mitigación
Aunque la Corporación Eléctrica del Ecuador (CELEC) ha ejecutado trabajos para proteger la infraestructura, la experta fue contundente al señalar que «no han sido adecuados ni construidos a tiempo».
El riesgo sobre Coca Codo Sinclair, pieza clave para el suministro eléctrico del país, continúa aumentando, mientras las autoridades buscan frenar el avance de un fenómeno que no da tregua.
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