En Manta, cinco niños asesinados en tan solo cuatro meses de 2025 han puesto de manifiesto la creciente violencia generada por las bandas criminales. Estos hechos no solo evidencian la inseguridad, sino que también resaltan el grave impacto de la violencia armada en la población infantil. Las balaceras entre bandas han dejado un saldo trágico de víctimas, incluidas las vidas de niños inocentes, cuya muerte es el reflejo de una crisis de seguridad en la ciudad.
Un panorama de violencia creciente
Desde enero de 2025, las autoridades han registrado varios ataques armados en los cuales cinco niños asesinados se han convertido en el rostro más doloroso de la violencia. En los últimos meses, los tiroteos indiscriminados, como el ocurrido el 20 de abril, han cobrado la vida de Jordana F., una niña de 7 años que fue alcanzada por balas perdidas en la urbanización Rania. La violencia no da tregua, y a pesar de los esfuerzos policiales, la situación sigue empeorando.

El impacto en la comunidad
Además de las víctimas fatales, las balaceras han dejado a cientos de familias afectadas, quienes han tenido que enfrentarse al trauma de perder a sus seres queridos en un ambiente de violencia constante. La violencia de bandas también afecta a los adolescentes, como se evidenció en varios ataques donde jóvenes fueron asesinados junto a adultos. Estos crímenes no son aislados; forman parte de una serie de masacres que muestran cómo el narcotráfico y la disputa territorial entre grupos criminales están destruyendo a la comunidad.
La tragedia de los niños en Manta
La muerte de estos cinco niños asesinados resalta la vulnerabilidad de los menores ante el narcotráfico y las pandillas. Los informes indican que las balas perdidas no hacen distinción, afectando a quienes menos lo merecen: los niños. En 2023, ya se habían registrado asesinatos similares, con niños alcanzados por balas en circunstancias igualmente atroces. Es imperativo que las autoridades actúen con más contundencia para prevenir más tragedias.
Un llamado urgente a la acción
La violencia en Manta es un reflejo de una problemática más profunda que afecta a otras ciudades de Ecuador. Cinco niños asesinados en menos de un trimestre es una cifra alarmante que debe encender las alertas en todos los sectores. Es fundamental que se implementen medidas más eficaces para proteger a la infancia y frenar el avance de las bandas criminales en el país. La seguridad de los niños debe ser una prioridad para garantizar un futuro sin más víctimas inocentes.
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