China tiene la capacidad de frenar en seco la construcción de nuevos centros de datos para inteligencia artificial (IA) en Estados Unidos. Esto se debe a su dominio absoluto sobre el suministro global de bismuto, un elemento esencial para la industria tecnológica.
Restricciones chinas y minerales críticos
Durante los últimos años, el Gobierno chino ha respondido a las sanciones estadounidenses con una estrategia geopolítica eficaz: restringir la exportación de minerales críticos. En diciembre de 2024, se prohibió el envío a EE.UU. de galio, germanio y antimonio. Poco después, se añadieron el escandio y el disprosio. Sin embargo, uno de los metales más cruciales, el bismuto, ha comenzado a ganar protagonismo por su rol estratégico.

Propiedades del bismuto y su rol industrial
El bismuto posee propiedades que lo hacen indispensable: es menos tóxico que otros metales pesados, tiene alta resistencia eléctrica, baja conductividad térmica y se expande al solidificarse. Estas características lo convierten en un componente vital en soldaduras electrónicas y materiales termoeléctricos, esenciales en chips, dispositivos electrónicos y autos eléctricos.
China domina el mercado global de bismuto
Actualmente, China controla entre el 80 y el 84% de la producción mundial de bismuto. En 2024, produjo 13.000 toneladas métricas, mientras que el resto del mundo apenas generó 3.000 toneladas adicionales. Esta dependencia ha generado alarma en EE.UU., ya que empresas como Google, Amazon y NVIDIA están viendo agotarse sus reservas de este metal crucial para centros de datos de IA.
Riesgo para el avance tecnológico estadounidense
Con las exportaciones restringidas, los grandes actores tecnológicos de EE.UU. han solicitado a su gobierno que negocie con China para garantizar el acceso al bismuto. De no lograrse un acuerdo, el desarrollo de nuevas infraestructuras de IA podría estancarse, comprometiendo la competitividad tecnológica estadounidense.
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