Un operativo conjunto entre autoridades ambientales y policiales frustró el intento de envío ilegal de casi 3.000 caballitos de mar en la ciudad de Tulcán, provincia del Carchi, en la frontera entre Ecuador y Colombia. El hallazgo se dio gracias a una alerta ciudadana que condujo a la inspección de una encomienda sospechosa en la terminal terrestre del cantón. El paquete, que había salido desde Guayaquil, contenía un total de 2.970 caballitos de mar secos, con un peso de aproximadamente 10 kilogramos.

Destino: mercado asiático de medicina alternativa
Las primeras investigaciones indican que la carga iba a ser enviada a Colombia y luego a países de Asia, donde estos animales se usan mucho en medicinas tradicionales. El tráfico ilegal de caballitos de mar es un gran peligro para la vida marina, especialmente para las especies que solo se encuentran en el Pacífico tropical.
Édison Fuertes, policía encargado de proteger el medio ambiente, dijo que el valor de esta carga en el mercado negro puede llegar a costar entre 1.000 y 3.000 dólares por kilo, por eso este decomiso es un gran golpe contra las personas que trafican con animales silvestres.
Tráfico persistente en la frontera de Rumichaca
El decomiso no es un hecho aislado. En semanas recientes, la Policía Nacional ha registrado otros casos de tráfico de especies por el puente internacional de Rumichaca. Uno de los más notorios fue la incautación de 50 peces betta, una especie exótica no permitida en Ecuador. Por disposición del Ministerio del Ambiente, estos ejemplares fueron sacrificados para evitar riesgos ecológicos.
Cooperación binacional en la lucha contra el tráfico de fauna
En Colombia también han aumentado los controles para cuidar a los animales. La Policía Ambiental rescató hace poco a un oso perezoso durante una revisión en el departamento de Nariño. John Urrea, jefe de la Policía en esa zona, dijo que también encontraron a otros animales como un puercoespín que estaban fuera de su lugar natural, en sitios como Las Lajas y Tumaco.
Después de que los animales recibieron atención médica, fueron liberados en lugares seguros por expertos que cuidan de ellos.
El tráfico de especies, una amenaza creciente
El tráfico ilegal de animales y plantas es uno de los delitos ambientales más graves y que más dinero mueve en todo el mundo. En el caso de los caballitos de mar, la mayor parte de la demanda viene de países asiáticos, donde creen que estos animales tienen poderes para curar enfermedades o mejorar la vida amorosa, aunque no hay pruebas científicas de eso. Ecuador, que tiene una gran variedad de animales y plantas, es un lugar que estas mafias aprovechan para sacar especies y venderlas en otros países.
Por eso, las autoridades de Ecuador piden a la gente que informe si sabe o sospecha de alguien que haga tráfico de animales. Así, todos podemos ayudar a cuidar la naturaleza y proteger la vida de muchas especies.
Fuente: Primicias
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