La segunda vuelta de las elecciones presidenciales de Guatemala promete ser un evento crucial en medio de una agitada carrera política. Más de nueve millones de ciudadanos están llamados a las urnas para elegir entre dos candidatos con visiones políticas opuestas: el progresista Bernardo Arévalo y la conservadora Sandra Torres.
Estas elecciones han estado marcadas por un clima político tenso desde la primera vuelta, celebrada el 25 de junio. En esa ocasión, Torres obtuvo el 15,8 % de los votos, pero la sorpresa fue la aparición de Arévalo, quien consiguió el 12 % y avanzó a la segunda vuelta, desplazando al candidato del partido del presidente Alejandro Giammattei.
La incertidumbre se apoderó del proceso electoral cuando, a petición del candidato Giammattei, se realizó un recuento de votos que retrasó la oficialización de los resultados durante dos semanas. Este periodo también estuvo marcado por denuncias contra el Movimiento Semilla y acusaciones de manipulación electoral.
La situación se volvió aún más tensa con la judicialización del proceso electoral y acusaciones contra figuras clave como la fiscal general, María Consuelo Porras, y otros funcionarios. Estas acciones llevaron a la suspensión de un partido opositor, lo que generó indignación y protestas a nivel nacional.
Torres, con cuatro intentos presidenciales anteriores, es una figura conocida por su controvertida carrera política, que incluye un divorcio estratégico en 2011 para evitar una prohibición legal y arrestos en 2019 por cargos de financiamiento electoral ilícito. En esta elección, ha enfocado su campaña en emular las políticas de “mano dura” de Nayib Bukele, presidente de El Salvador.
Por otro lado, Bernardo Arévalo, un sociólogo y doctor en Filosofía, busca continuar el legado de su padre, quien fue presidente electo en 1944 después de una revolución. Fundador del Movimiento Semilla en 2017, Arévalo ha avanzado desde una curul en el Congreso hasta la candidatura presidencial de este año, sorprendiendo a muchos con su éxito en la primera vuelta.
El proceso electoral ha estado marcado por la violencia y el conflicto, con la Misión de Observación Electoral de Guatemala advirtiendo sobre focos de violencia y tensiones en todo el país. Esto ha generado preocupación, ya que se han registrado numerosos incidentes de violencia y conflictividad durante la campaña electoral.
El presidente guatemalteco, Alejandro Giammattei, se ha reunido con la delegación de la misión de observación electoral de la Organización de Estados Americanos (OEA) para garantizar un proceso electoral pacífico.
Estas elecciones en Guatemala se llevan a cabo en un contexto político y social complejo, y el mundo estará atento para ver cómo se desarrolla la segunda vuelta y cómo afectará el futuro político del país centroamericano.
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