Rafael Viñoly Architects ha presentado el proyecto de la nueva terminal aeroportuaria en Florencia, Italia, inspirada en la tradición local de producción de vino. El diseño incluirá una cubierta verde con un viñedo en producción, siendo el primero de su tipo en el mundo.
El Aeropuerto Internacional Amerigo Vespucci tendrá una superficie de 50,000 m² y recibirá a más de 5.9 millones de pasajeros internacionales al año. El viñedo, que ocupará 7.6 hectáreas en una suave pendiente, constará de 38 hileras de vides. Aunque el riego y el cultivo presentan desafíos, un destacado viticultor local se encargará de mantener el viñedo y producir el vino, el cual será envejecido en bodegas especializadas situadas bajo la terminal.
Además del viñedo, el proyecto incluye la extensión y reorientación de una pista existente para alejarla de las colinas cercanas, mejorando así la capacidad de operación de aviones modernos. Las zonas de llegadas y salidas se organizarán en un amplio espacio público central en la nueva terminal, facilitando la navegación para los viajeros cansados.
El aeropuerto también contará con siete nuevos parques alrededor de sus instalaciones, viviendas para estudiantes, locales comerciales y mejores conexiones de transporte. Se espera que el Aeropuerto Amerigo Vespucci obtenga la certificación LEED Platino, gracias a su gran cubierta vegetal y al uso de luz natural mediante un extenso acristalamiento y tragaluces.
El proyecto se desarrollará en dos fases: la primera finalizará en 2026 y la segunda en 2035, marcando un hito en la integración de sostenibilidad y tradición local en el diseño aeroportuario.
El proyecto del Aeropuerto Internacional Amerigo Vespucci en Florencia, diseñado por Rafael Viñoly Architects, destaca por su innovador enfoque que combina sostenibilidad y tradición local. Con una terminal de 50,000 m², el aeropuerto no solo mejorará la capacidad y experiencia de los pasajeros, sino que también será pionero al incorporar un viñedo en la azotea, administrado por un viticultor local. Además, se mejorarán las pistas y se crearán nuevas áreas verdes y conexiones de transporte. Con la certificación LEED Platino como objetivo, este proyecto marcará un hito en la integración de la cultura local y las prácticas sostenibles en el diseño aeroportuario, previsto completarse en dos fases hasta 2035.
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