Trump endurece la migración en EE.UU. al sancionar a ciudades que protegen a migrantes sin papeles, agudizando la tensión política local.
A menos de cien días de su regreso al poder, Donald Trump intensifica su política de migración en EE.UU. con una nueva orden ejecutiva. Esta medida sanciona a las llamadas “ciudades santuario”, aquellas que protegen a migrantes sin documentos frente a agentes federales. El presidente busca frenar el apoyo local a estas comunidades, reafirmando su promesa de “mano dura” en la frontera.
Estas sanciones no solo reducen los recursos federales a gobiernos locales, sino que también abren un nuevo frente de tensión política. Las autoridades locales que se resistan podrían enfrentar consecuencias legales y fiscales directas, según el texto firmado por el Ejecutivo.
La Casa Blanca respalda esta ofensiva con datos. Según la portavoz Karoline Leavitt, los cruces ilegales en la frontera disminuyeron en un 95% en los últimos 12 meses. Asegura que se pasó de 140.000 cruces mensuales bajo la gestión de Biden a solo 7.000 durante la nueva administración. Para el gobierno, esto confirma que la migración en EE.UU. ahora está “bajo control”.
Trump refuerza su discurso sobre migración en EE.UU.
Desde su primer mandato, Donald Trump ha construido gran parte de su imagen política sobre la migración en EE.UU.. Ahora, con su regreso, utiliza la misma narrativa para consolidar su base electoral y justificar decisiones drásticas. La nueva orden ejecutiva es el primer paso en una ofensiva más amplia que incluye reformas en política exterior y seguridad nacional.
Además de sancionar a ciudades santuario, Trump exige que los funcionarios locales colaboren activamente con las autoridades migratorias. De no hacerlo, podrían ser señalados públicamente o incluso enfrentar cargos por obstrucción. Esta decisión eleva el conflicto entre el gobierno federal y varias ciudades clave, como Nueva York, Chicago y San Francisco.
No obstante, los efectos políticos son inciertos. Aunque la Casa Blanca presenta estas medidas como logros, encuestas recientes reflejan que más del 40% de la población desaprueba fuertemente la gestión del presidente, según un sondeo de Washington Post-ABC.
La impopularidad de Trump contrasta con el control migratorio
A pesar del descenso en cruces ilegales, Trump no logra recuperar totalmente la confianza del electorado. Las acciones contra la migración en EE.UU. despiertan respaldo en sus simpatizantes, pero también alimentan el rechazo entre votantes moderados y sectores progresistas.
La estrategia, sin embargo, parece estar definida: reforzar el cumplimiento de la ley a toda costa. En los próximos días, la administración presentará nuevas medidas enfocadas en deportaciones rápidas, control de visados y restricciones para solicitantes de asilo.
En este contexto, la migración volverá a dominar el debate nacional. Las ciudades afectadas ya anticipan recursos legales, mientras que las organizaciones defensoras de migrantes alertan sobre posibles abusos.
Las ciudades santuario se resisten a los castigos federales
El conflicto entre el gobierno central y las ciudades santuario representa uno de los principales desafíos políticos de esta nueva etapa. Las autoridades locales argumentan que sus políticas buscan proteger derechos humanos y evitar el miedo en comunidades vulnerables.
Sin embargo, Trump sostiene que estas ciudades “obstruyen la justicia” y violan la ley federal. La situación podría escalar hasta llegar a la Corte Suprema, especialmente si las sanciones provocan efectos inmediatos sobre presupuestos locales o servicios esenciales.
La migración en EE.UU. se convierte así en el campo de batalla clave entre visiones enfrentadas de soberanía, seguridad y derechos civiles. La orden ejecutiva marca el inicio de un nuevo capítulo cargado de tensión y consecuencias impredecibles.
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