Mark Zuckerberg ha intensificado su estrategia para liderar la carrera por la inteligencia artificial general (AGI). Sin embargo, su ofensiva para reclutar a los ingenieros más brillantes no ha tenido el éxito esperado, especialmente con el equipo de Thinking Machines Lab. A pesar de ofertas de hasta 1.000 millones de dólares, los talentos de esta startup han rechazado unirse a Meta.
Thinking Machines Lab: talento que ni el dinero puede comprar
En su intento por fortalecer el equipo de Meta Superintelligence Labs, Zuckerberg ofreció paquetes salariales astronómicos. Algunas cifras alcanzaron los 500 millones de dólares a cuatro años. Incluso se llegó a ofrecer 1.000 millones a largo plazo. Sin embargo, los ingenieros de Thinking Machines Lab —liderados por Mira Murati— han rechazado estas propuestas.
Este rechazo pone en evidencia una realidad: la motivación de los talentos en IA va más allá del dinero. Las fuentes apuntan a que el estilo de liderazgo y la visión a largo plazo pesan más que las cifras millonarias.

Liderazgo cuestionado y estrategias en disputa
Uno de los factores que explican el rechazo es la designación de Alexandr Wang como líder del equipo de superinteligencia de Meta. A pesar de su reconocimiento en el sector, su juventud (28 años) y falta de experiencia gerencial han generado dudas.
Por contraste, Sam Altman —CEO de OpenAI— ha afirmado que sus empleados creen firmemente en la misión de su empresa, lo cual refuerza su fidelidad.
Aun así, Meta logró fichajes clave provenientes de OpenAI, como Bi Suchao, Chang Huiwen y Lin Ji, todos con roles decisivos en el desarrollo de modelos como GPT-4o y GPT-4.5. La mayoría de estos ingenieros son de origen chino, lo que ha despertado el interés geopolítico en Silicon Valley.
Meta insiste: más dinero, más talento, más IA
La estrategia de Meta va más allá del talento humano. Además de sus ofertas salariales, está construyendo centros de datos en carpas mientras avanza la obra de Hyperion, su futura infraestructura de datos del tamaño de Manhattan. Incluso ha invertido en centrales nucleares en desuso para asegurar energía suficiente.
Por su parte, Apple también ha sido afectada por el impulso de Zuckerberg. La salida de Ruoming Pang, responsable de IA en Apple, por 200 millones de dólares marcó un hito. Desde entonces, tres ingenieros más abandonaron la empresa de Cupertino.
A pesar de los fracasos puntuales, Zuckerberg ha logrado conformar un equipo formidable. La pregunta es si esta ofensiva millonaria bastará para ganar la batalla por el liderazgo en IA.
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