Para muchos, aprender a cómo vivir las fiestas desde el equilibrio emocional es esencial. Detrás de las luces, los villancicos y las reuniones familiares, muchas personas viven las fiestas de diciembre y enero desde un lugar muy distinto. Para quienes enfrentan pérdidas recientes, conflictos familiares, rupturas, soledad o simplemente agotamiento emocional, esta época puede ser más desafiante que festiva. La presión por “estar bien”, mostrarse feliz o cumplir con las expectativas sociales, a menudo intensifica el malestar y dificulta cómo vivir las fiestas desde un equilibrio emocional adecuado.
Según la Organización Mundial de la Salud OMS, más de una cuarta parte de la población mundial vive con sentimientos persistentes de aislamiento, lo que compromete su bienestar emocional y físico. Además, datos recientes de la American Psychological Association (2023) indican que el 89 % de los adultos experimenta estrés durante las fiestas, y el 41 % reconoce que se siente más estresado que en otras épocas del año. Este fenómeno complica cómo disfrutar de las fiestas manteniendo el equilibrio emocional necesario.
Ante este panorama, Ecuasanitas expone una mirada integral sobre cómo vivir estas fechas desde el equilibrio emocional, reconociendo la importancia de prevenir, contener y acompañar a quienes lo necesitan para entender cómo vivir las fiestas desde el equilibrio emocional verdadero.
¿Por qué las fiestas pueden doler?
Aunque la imagen colectiva de las celebraciones se asocia a alegría y unión, lo cierto es que muchas personas enfrentan este tiempo con nostalgia, ansiedad o tristeza. Estar lejos de los seres queridos, recordar a quienes ya no están, o simplemente no sentirse parte de una red de apoyo, puede volver emocionalmente difícil un mes que socialmente debería ser “feliz”.
La Dra. María Mercedes Ganán, Directora de Inteligencia Clínica de Ecuasanitas, explica: “Hay emociones difíciles que se intensifican durante las fiestas, y lo primero es no negarlas. Acompañarse, recibir apoyo, incluso practicar el autoabrazo como forma de autorregulación, puede marcar una diferencia real en cómo vivir las fiestas a nivel emocional”.
En esta temporada, también se activa una comparación social constante: las redes muestran cenas perfectas, familias reunidas y regalos abundantes. Sin embargo, esas imágenes no representan la totalidad de las experiencias. Desde Ecuasanitas recuerdan que el bienestar emocional no se basa en alcanzar un ideal, sino en encontrar momentos de conexión real con uno mismo y con el entorno.

Más conexión, menos exigencia
Los abrazos (físicos o simbólicos) son una herramienta poderosa para contener y reconectar. Está demostrado que el contacto afectivo reduce la ansiedad y estimula hormonas que generan calma. Pero incluso cuando no hay un abrazo disponible, es posible practicar formas de autocuidado emocional que marquen una diferencia: hablar con alguien de confianza, escribir lo que se siente, darse permiso para descansar o simplemente bajar el ritmo. Esta práctica puede mejorar significativamente cómo vivir las fiestas desde el equilibrio emocional.
De acuerdo con la especialista de Ecuasanitas es clave promover una forma más real y humana de vivir las fiestas. “No se trata de cumplir expectativas ajenas o forzar la alegría, sino de preguntarse qué hace bien a nivel emocional y cómo crear momentos significativos sin presiones externas. Practicar la empatía consigo mismo y con los demás, ajustar compromisos y poner en pausa ciertas exigencias también es una forma de bienestar”. Comentó la Dra. María Mercedes Ganán.
¿Qué pueden hacer las personas en esta época?
Se proponen algunas acciones sencillas que pueden marcar la diferencia para vivir unas fiestas con más bienestar y entender cómo combinar las fiestas y el equilibrio emocional:
- Aceptar lo que se siente: Tristeza, ansiedad o nostalgia son válidas. No es necesario reprimirlas ni maquillarlas.
- Buscar contacto humano real: Una conversación sincera o un gesto amable reconectan mejor que cualquier regalo.
- Practicar el autocuidado: Bajar el ritmo, descansar, desconectarse de redes sociales si es necesario.
- Establecer límites sanos: No todos los compromisos son obligatorios. Poner en pausa también es cuidarse.
- Buscar apoyo profesional a tiempo: Hablar con un psicólogo puede prevenir complicaciones y ayudar a gestionar las emociones.
“Las fiestas no tienen que ser perfectas para ser significativas. A veces, basta con encontrar un momento de calma, un abrazo sincero o una conversación auténtica para darle sentido a la celebración”. Finalizó la especialista.
Más noticias:
Los neurocientíficos en la inteligencia artificial: la nueva disputa entre gigantes tecnológicos
Fuente:

