Las visas de estudio en Estados Unidos atraviesan un momento de profunda incertidumbre jurídica y emocional para miles de estudiantes internacionales. La administración Trump ha generado un clima de temor tras implementar una serie de medidas restrictivas, ahora parcialmente suspendidas por órdenes judiciales, que afectan directamente el estatus migratorio de los estudiantes extranjeros.

Un contexto de hostilidad
Cerca de 4.700 estudiantes han sido impactados desde que el gobierno comenzó a revocar visas de estudio en Estados Unidos, dando por finalizados múltiples estatus legales. Lorena Mejía, egresada de la Universidad de Harvard, describe un ambiente de vigilancia excesiva. “Nos daba miedo hablar en español en las calles de Cambridge”, señala, aludiendo al temor persistente entre estudiantes extranjeros ante posibles represalias.
Además, Mejía menciona que muchos alumnos debieron eliminar publicaciones de redes sociales o dejar de seguir cuentas críticas del gobierno. Tales medidas buscaban evitar consecuencias migratorias adversas, vinculadas a la nueva política de revisión de redes implementada para titulares de visas de estudio en Estados Unidos.
Universidades en alerta permanente
Instituciones educativas como la Universidad Rutgers han reaccionado implementando proyectos de asistencia legal para sus estudiantes internacionales. Su página oficial solicita que quienes hayan recibido notificaciones del SEVIS o hayan perdido el visado contacten inmediatamente al equipo legal del campus.
Por su parte, la doctora Marcela González, socióloga especializada en política migratoria, advierte sobre los efectos desproporcionados que estas decisiones tienen en estudiantes de América Latina. La amenaza de revocación de visas de estudio en Estados Unidos afecta especialmente a nacionales de Venezuela, Colombia, México y Brasil, muchos de los cuales no cuentan con redes de apoyo local.
Impacto emocional y socioeconómico
Las consecuencias de esta situación se extienden más allá del plano legal. González subraya que existe un riesgo tangible de estigmatización, además del incremento en los niveles de ansiedad. Para numerosos estudiantes, el costo de estudiar en Estados Unidos ha implicado grandes sacrificios familiares que ahora podrían quedar en vano.
Asimismo, la retórica oficial que asocia inmigración con criminalidad, según González, alimenta la discriminación y la xenofobia. La revisión discrecional de redes sociales como criterio para validar o anular visas de estudio en Estados Unidos también abre la puerta a decisiones arbitrarias.
Entre el temor y la espera
A pesar del reciente freno judicial a algunas de las disposiciones del gobierno, reina la confusión. “Con el bloqueo judicial se abre un proceso legal que puede tomar tiempo”, señala la experta desde Buenos Aires. Frente a esta situación, recomienda a los estudiantes mantenerse en estrecho contacto con las oficinas de asuntos internacionales de sus universidades.
En definitiva, quienes se encuentran bajo un visado académico deben actuar con extrema cautela. Las visas de estudio en Estados Unidos han dejado de ser una garantía de estabilidad educativa para transformarse en un símbolo del conflicto político en torno a la inmigración.
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