El uso abusivo del agua en Quito profundiza la escasez en zonas altas
Mientras las zonas urbanas de Quito malgastan el agua potable, en las parroquias rurales del Distrito Metropolitano se enfrentan a una alarmante escasez del recurso hídrico, especialmente durante la época seca. La situación se ha intensificado con las temperaturas que alcanzan hasta 27 grados en la capital, combinadas con cielos despejados, alta radiación solar y la ausencia de lluvias que alimenten los embalses.
Según la Empresa Metropolitana de Agua Potable y Saneamiento (Epmaps), parroquias como Calderón, San Antonio de Pichincha, Alangasí y Píntag sufren de un desabastecimiento constante. Este problema también se extiende a zonas como Guayllabamba, donde la presión del agua ya no permite que llegue a los pisos superiores de las viviendas, como comenta la residente Rosanna Morales.
Proyectos en marcha y distribución racionada
María Fernanda Villavicencio, subgerente de Epmaps, informó que se desarrollan proyectos para regularizar el abastecimiento. En algunas áreas, la distribución de agua potable se realiza por horarios, y el cronograma se publica mensualmente. Este racionamiento responde tanto a condiciones climáticas adversas como al uso abusivo del agua en Quito.
Los barrios ubicados en zonas más elevadas enfrentan mayores dificultades debido a la sequedad del ambiente y la falta de infraestructura adecuada. Sin embargo, las causas humanas son igual de relevantes. Prácticas como el riego intensivo en Nayón y las conexiones clandestinas afectan directamente la disponibilidad del recurso.
El uso abusivo del agua en Quito es también urbano
En sectores como la Ajaví y Santa Rita, en el sur de la ciudad. Se identificaron al menos 35 lavadoras informales de vehículos, muchas sin permisos, utilizando mangueras y generando grandes pérdidas de agua. En lugares donde el servicio apenas ha sido restituido tras dos semanas de interrupción, los ríos de espuma y agua desperdiciada evidencian un patrón de consumo irresponsable.
En el sur, en zonas como Buenaventura, se debieron realizar obras urgentes para normalizar el suministro. Sin embargo, Villavicencio enfatiza que ningún esfuerzo será suficiente si no existe una conciencia colectiva sobre el uso eficiente del recurso hídrico.

Exceso de consumo y fugas: doble amenaza
Blanca Ríos-Touma, docente investigadora de la Universidad San Francisco de Quito, alerta sobre el exceso de consumo. La OMS recomienda entre 90 y 100 litros de agua por persona al día. En Quito se consumen entre 140 y 148 litros, lo que representa entre un 40 y 48 % más de lo aconsejado.
A esto se suma el problema estructural de las fugas. Aunque en 2020 el 35 % del agua se perdía en las redes de distribución, hoy esa cifra se ha reducido al 10 %, según el Municipio. No obstante, más de 14.000 fugas han sido atendidas, lo cual refleja la magnitud del problema. La ciudadanía puede contribuir al reporte inmediato de escapes y a la reparación oportuna de instalaciones domiciliarias.
Medidas urgentes y sostenibles contra el uso abusivo del agua en Quito
La ecóloga sugiere adoptar prácticas sostenibles, como regar jardines durante la noche y reutilizar el agua mientras se espera que la ducha alcance la temperatura adecuada. También critica que Quito no depure sus aguas residuales, lo que impide su uso para el riego urbano, a diferencia de otras ciudades.
Para Ríos-Touma, una estrategia eficaz para frenar el uso abusivo del agua en Quito sería establecer tarifas diferenciadas. El consumo dentro del límite sugerido debería ser garantizado, pero cualquier exceso debería costar el doble o triple. Además, propone que las sanciones por consumo excesivo o conexiones ilegales se incrementen con cada reincidencia, con el fin de disuadir estas prácticas.
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