Donald Trump volvió a desatar polémica tras arremeter contra China luego de que Xi Jinping recibiera a Vladimir Putin y Kim Jong Un en un desfile militar en Beijing. En su publicación, el expresidente estadounidense envió irónicamente “saludos” a los líderes autoritarios, interpretando el evento como una afrenta personal.
Diplomacia fallida y líderes desafiantes
Los intentos de Trump por estrechar lazos con Putin y Kim Jong Un han mostrado poco efecto. Pese a encuentros en Alaska y reuniones históricas con Corea del Norte, Rusia ha intensificado su ofensiva en Ucrania y Pyongyang posee más armas nucleares que nunca. Su estrategia de seducción diplomática ha resultado estéril.
China aprovecha los errores de Estados Unidos
Expertos señalan que Pekín está sacando partido de las fallas de la política exterior de Trump. Aunque la Organización de Cooperación de Shanghái no cuenta con acuerdos sólidos como la OTAN, la reunión de líderes en Tianjin reflejó un esfuerzo de China por mostrar un bloque capaz de desafiar a Occidente en múltiples frentes.
Tensiones en el nuevo orden mundial
La celebración en Beijing coincide con un periodo donde EE.UU. ve erosionada su influencia global. La política de “America First” y los aranceles improvisados de Trump han debilitado la confianza de sus aliados y acercado a países como India hacia China y Rusia, reforzando alianzas que antes parecían improbables.
Modi, Putin y Xi: una señal de cambio
India, históricamente recelosa de China, mostró en Tianjin un acercamiento simbólico que dejó en evidencia los tropiezos de Trump. Mientras buscaba reconocimiento internacional, sus políticas comerciales y declaraciones sobre conflictos regionales dañaron relaciones con Nueva Delhi, empujándola hacia una mayor cooperación con Pekín y Moscú.
El dilema de la política exterior de Trump
Sus partidarios aseguran que EE.UU. nunca ha estado tan fuerte bajo su liderazgo, pero los hechos reflejan lo contrario. Si bien ha conseguido presionar a la OTAN para aumentar el gasto en defensa y acumular fondos arancelarios, sus decisiones han unido a adversarios estratégicos y debilitado la confianza global en Washington.
Una oportunidad para China
Las festividades en Beijing son parte de la estrategia de Xi Jinping para proyectar el poder chino como alternativa a Occidente. Mientras Trump presume de ser respetado, líderes internacionales se acercan más a Pekín, aprovechando la falta de consistencia en la política estadounidense.
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