La llamada «Guerra de los 12 días» entre Israel e Irán concluyó en la madrugada del 24 de junio con un cese al fuego cuyas condiciones siguen sin conocerse. Aunque oficialmente se detuvieron los enfrentamientos, las dudas sobre las consecuencias reales persisten. La guerra, que provocó cientos de muertes —en su mayoría en Irán—, no ha logrado aplacar la incertidumbre geopolítica en Medio Oriente.
Objetivo nuclear de Israel en entredicho
El principal argumento de Israel para iniciar el conflicto fue la supuesta necesidad de frenar el programa nuclear iraní. Mientras el gobierno israelí afirma haber retrasado «años» dicho programa, informes cruzados de inteligencia estadounidense y del propio Estado hebreo indican que apenas se habría pospuesto por «meses». Esta discrepancia alimenta las dudas sobre los verdaderos logros militares israelíes.
Daños en las instalaciones nucleares iraníes
El portavoz iraní Esmail Baqai reconoció que las instalaciones nucleares sufrieron graves daños. A pesar de ello, la Agencia de Energía Atómica de Irán confirmó que continuará con el enriquecimiento de uranio. Irán ya posee uranio enriquecido al 60%, muy por encima del límite necesario para fines civiles. El paradero del material, tras los ataques a Fordo, sigue siendo desconocido.
Cambio de régimen, un objetivo fallido
Liderazgos como Netanyahu y Trump sugirieron la posibilidad de un cambio de régimen en Irán. Sin embargo, expertos como Menahem Merhavy aseguran que esa posibilidad es remota. A pesar de los planes presentados, incluso para asesinar al ayatolá Jameneí, el escenario actual no apunta a transformaciones profundas en la estructura de poder iraní.
Impacto económico de la guerra
La ofensiva representó un gasto considerable. Solo en los primeros diez días, Israel destinó más de USD 5.800 millones. El economista Esteban Klor estima que eso equivale al 1,5% del PIB del país. Mientras tanto, la economía iraní, ya debilitada, enfrenta aún más presión, aunque el hermetismo oficial complica cualquier evaluación precisa.
Tregua con condiciones desconocidas
La falta de transparencia sobre los términos del alto el fuego incrementa la desconfianza. Reportes indican que la iniciativa de tregua provino de Estados Unidos con apoyo de Catar. No obstante, no se conocen las concesiones exactas. Trump habría presionado a Netanyahu para detener los ataques, con una llamada en tono confrontativo. La tensión en esa comunicación revela los desacuerdos incluso entre aliados.
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