Tomahawk fabricados por EE.UU.: misiles de eficacia probada y fuera del alcance de Ucrania por ahora

Prueba de lanzamiento de un misil Tomahawk fabricado por EE.UU. en California.

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Los Tomahawk fabricados por EE.UU. representan una de las armas más emblemáticas del poder militar estadounidense. Su precisión, alcance y fiabilidad los han consolidado como misiles de eficacia probada en diversos escenarios bélicos. Sin embargo, pese a su efectividad demostrada, estos misiles aún no están al alcance de Ucrania.

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El poder del misil Tomahawk

El misil Tomahawk, desarrollado por la Marina de Estados Unidos, ha tenido un papel crucial en operaciones militares en Siria, Libia e Irak, durante los conflictos contra el régimen de Saddam Hussein en las décadas de 1990 y 2003. En junio de 2025, cerca de 30 misiles Tomahawk impactaron instalaciones nucleares iraníes, lo que reafirmó su precisión y potencia.

Cada misil Tomahawk fabricado por EE.UU. tiene un costo aproximado de US$ 2 millones y puede alcanzar objetivos a distancias de entre 1.600 y 2.500 kilómetros. Aunque su rango no duplica el de algunos drones ucranianos, su capacidad destructiva es mucho mayor. Vuela a velocidades subsónicas cercanas a 880 km/h y sigue el terreno a baja altura para evitar radares enemigos. Su sistema de guiado avanzado garantiza impactos precisos.

La petición de Ucrania y la respuesta de EE.UU.

El presidente ucraniano Volodymyr Zelensky ha pedido reiteradamente estos misiles a la administración de Donald Trump, argumentando que fortalecerían su defensa ante Rusia. Sin embargo, Trump señaló que no se transferirán, afirmando: “También necesitamos Tomahawk para Estados Unidos. Tenemos muchos, pero los necesitamos”.

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Zelensky considera que los Tomahawk fabricados por EE.UU. podrían cambiar el curso del conflicto, ya que permitirían atacar infraestructura rusa clave, como la base aérea Engels-2 o la planta de drones Shahed en Tataristán.

Advertencias del Kremlin

El Kremlin advirtió que entregar misiles Tomahawk a Ucrania provocaría una peligrosa escalada, dado que pueden portar ojivas nucleares. Serguéi Naryshkin, jefe del Servicio de Inteligencia Exterior ruso, aseguró que esta decisión sería una “amenaza directa a la seguridad global”.
Incluso el presidente Vladimir Putin discutió el tema directamente con Trump, antes del encuentro de Zelensky en Washington el 16 de octubre de 2025.

Un misil con trayectoria comprobada

Desde su primer uso en 1991 durante la Operación Tormenta del Desierto, los Tomahawk fabricados por EE.UU. se han utilizado en los Balcanes, Afganistán, Yemen, Libia y Siria. La versión más reciente, presentada en 2021, integra mejoras electrónicas y un alcance ampliado.
Aunque fueron diseñados principalmente para lanzarse desde el mar, Ucrania necesitaría lanzadores terrestres Typhon para operarlos, un sistema desarrollado tras la salida de EE.UU. del Tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio en 2019.

Alternativas y limitaciones ucranianas

Ucrania desarrolla su propio misil de crucero, el Flamingo, con un alcance similar, aunque sus capacidades aún son inciertas. Además, enfrenta dificultades para aumentar la producción de armamento mientras Rusia intensifica sus ataques con drones y misiles.

Durante su última visita a Washington, Zelensky se reunió con Lockheed Martin y Raytheon para negociar un megacontrato militar valorado en US$ 90.000 millones, destinado a reforzar la defensa aérea y la capacidad estratégica del país.
Aun así, la entrega de los Tomahawk fabricados por EE.UU. continúa siendo un asunto sensible que podría modificar el equilibrio militar si se concreta.

Fuente:

cnnespanol.cnn.com

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