El productor agropecuario Raúl Botero, originario del Magdalena, Colombia, sorprendió con regalar tierras colombianas, una decisión cargada de altruismo y compromiso social: la donación de tierras a más de un centenar de mujeres cabeza de hogar. Su acción, llevo al Ministerio de agricultura a destacar su obra por que se ha viralizado en medios y redes sociales, refleja la importancia de la solidaridad como motor de transformación en las comunidades rurales.

Una visión de vida basada en la dignidad
“Tener casa no es riqueza. No tenerla es mucha pobreza”, expresó Botero al explicar la motivación detrás de su iniciativa al regalar tierras colombianas. Consciente de las dificultades que enfrentan muchas familias campesinas, adquirió un terreno de dos hectáreas y media ubicado en el centro del pueblo, que subdividió en 125 solares para entregarlos a mujeres que, hasta ese momento, no tenían un lugar propio donde vivir.
Cada lote tiene aproximadamente 200 metros cuadrados y fue entregado de manera gratuita. Con el deseo de que las beneficiarias puedan construir sus viviendas y asegurar un futuro más estable para sus hijos.
Donación exclusiva para mujeres cabeza de familia
La decisión de entregar los terrenos únicamente a mujeres no fue casualidad. Botero explicó que quería asegurar que las tierras quedaran en manos de quienes, en muchos casos. Llevan sobre sus hombros la crianza y el sustento del hogar. Las tierras colombianas les pidió que valoren y cuiden los terrenos como una verdadera herencia para las siguientes generaciones.
El ganadero también adelantó que buscará, en conjunto con la Alcaldía. La forma de legalizar el nuevo barrio, para que cada familia pueda contar con un título de propiedad.
Un gesto que trasciende: la entrega de novillas lecheras
Además de las tierras, Botero donó 60 novillas lecheras a igual número de familias campesinas en su hacienda Yajaira, propiedad que mantuvo durante más de tres décadas. Con este gesto, buscó fortalecer la autosuficiencia alimentaria y económica de las familias beneficiarias. Recalcando que los animales no deben venderse, sino cuidarse como fuente de leche para los niños y de sustento diario.
La filosofía detrás del acto solidario
Para Botero, ser ganadero va más allá de producir. “Los ganaderos debemos ser muy amigos de los campesinos. Nosotros también somos campesinos”, manifestó, dejando claro que su visión del trabajo rural está anclada en la empatía y la reciprocidad.
El hacendado afirmó que su mayor satisfacción fue ver la alegría en los rostros de las mujeres al recibir los solares. “El único que estaba más feliz que ellas fui yo”, comentó emocionado.
Dos pedidos a las beneficiarias
Durante la entrega, Botero hizo dos solicitudes a las mujeres:
- Amistad y armonía en el nuevo barrio. Les pidió que eviten conflictos y construyan una comunidad basada en la convivencia pacífica.
- Cuidar los lotes como una reliquia. Con humor y claridad, aconsejó no poner en riesgo las tierras: “Si consiguen novio, marido, mozo, esposo. Lo que consigan, den lo que quieran, pero no le vayan a dar ni la casa, ni el lote”.
Reacciones de agradecimiento y admiración
El gesto de Botero generó un eco positivo en redes sociales y medios de comunicación. Campesinos, gremios ganaderos y ciudadanos en general han aplaudido su decisión. Comentarios como “El cielo es para personas como Don Raúl” o “Es un verdadero revolucionario y cristiano” reflejan el impacto emocional que ha causado su acción.
Para muchos, Botero representa un ejemplo de cómo la solidaridad puede convertirse en una herramienta real para combatir la pobreza y sembrar esperanza en comunidades olvidadas
Fuente: El Universo
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