Cada vez que una banda legendaria pisa suelo ecuatoriano, se lleva consigo un regalo inolvidable: una bandera gigante intervenida artísticamente que rinde homenaje a su trayectoria. Esta tradición ha sido impulsada por el artista plástico Blas Guerra. Quien desde hace varios años dedica su talento a capturar el espíritu del rock en enormes lienzos tricolor. Grupos como Metallica, Anthrax y Helloween ya han recibido este distintivo símbolo ecuatoriano, y ahora es el turno de Scorpions.

El esperado homenaje a Scorpions
La icónica banda alemana Scorpions finalmente será parte de esta lista de honor. Su presentación en Quito será la ocasión perfecta para que Blas Guerra les entregue la bandera que ha guardado durante cinco años. El artista había preparado esta pieza en 2019, cuando la banda tenía programado su primer concierto en Ecuador. Sin embargo, las intensas protestas sociales de octubre de ese año obligaron a cancelar el evento, dejando en pausa una entrega que parecía imposible.
Desde entonces, Guerra mantuvo viva la esperanza de concretar su tributo, y en 2025 esa oportunidad se materializará durante el festival Masters of Rock. El 3 de mayo en el estadio Olímpico Atahualpa. La bandera gigante, que representa visualmente canciones emblemáticas como Still Loving You y Wind of Change, será finalmente entregada a Klaus Meine y los demás integrantes de Scorpions.
Un cartel de lujo en el Atahualpa
El festival Masters of Rock promete ser uno de los eventos más importantes del año en la escena musical ecuatoriana. Además de Scorpions como acto principal, el cartel incluye a la agrupación Foreigner, con la participación del legendario vocalista Lou Gramm. A Europe, considerada la banda de rock más importante de Suecia. Esta combinación de leyendas del hard rock y el glam metal de los años 70 y 80 promete una velada inolvidable para miles de fanáticos.
Arte, rock y memoria colectiva
Blas Guerra no solo crea arte visual, sino también memoria cultural. Sus banderas, trabajadas con detalle y simbolismo, no solo celebran a los artistas homenajeados, sino que también reflejan la pasión de los fans ecuatorianos por el rock. “Cada obra es una forma de decirles que Ecuador los valora, que aquí también su música tiene historia”, ha señalado en entrevistas previas.
Este gesto, aparentemente sencillo, se ha convertido en una seña de identidad del país frente a las bandas extranjeras. La entrega de una bandera gigante, cargada de arte, representa un puente emocional entre los músicos y el público local, creando momentos únicos que quedan grabados en la memoria de todos los asistentes.
Un regreso cargado de significado
La entrega de la bandera a Scorpions no solo es un acto simbólico, sino también un cierre emocional para una historia que comenzó con incertidumbre y decepción en 2019. El regreso de la banda a Ecuador, en medio de un festival de alto nivel, le da a Blas Guerra y a los fanáticos la oportunidad de vivir el concierto que tanto esperaron. Esta vez, sin cancelaciones, sin obstáculos, y con un mensaje claro: el rock sigue vivo y Ecuador lo celebra a lo grande.
Fuente: Primicias.ec
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