En un hecho sin precedentes, la cantante Katy Perry hizo historia el lunes 14 de abril al participar en la misión suborbital NS-31 de Blue Origin, convirtiéndose en la primera cantante en viajar al espacio. Este logro no solo simboliza un avance personal, sino que representa un hito crucial en la representación femenina en la exploración espacial. La tripulación, conformada exclusivamente por mujeres, despegó desde Corn Ranch, Texas, y experimentó la ingravidez al cruzar la línea de Kármán, el límite que separa la atmósfera terrestre del espacio exterior.
La misión NS-31 y su impacto
La cápsula alcanzó su punto máximo a los tres minutos del despegue, momento en que las tripulantes accedieron a la gravedad cero. Luego de disfrutar unos minutos de ingravidez, inició el descenso controlado. El cohete New Shepard aterrizó verticalmente a los 7 minutos con 20 segundos, y la cápsula lo hizo poco antes del minuto 11. Esta breve pero simbólica travesía reforzó la representación femenina en la exploración espacial, que ha sido históricamente limitada.
Una tripulación inspiradora
Junto a Katy Perry viajaron figuras influyentes como Lauren Sánchez, Gayle King, Amanda Nguyen, Aisha Bowe y Kerianne Flynn. Esta fue la primera misión del New Shepard con una tripulación íntegramente femenina, algo que no ocurría desde que Valentina Tereshkova orbitó la Tierra en 1963. Así, la misión NS-31 se inscribe como un precedente significativo en la representación femenina en la exploración espacial, destacando tanto el avance científico como el empoderamiento social.
Preparación, emoción y simbolismo
Antes del despegue, las participantes se sometieron a un exigente entrenamiento que incluyó simulaciones de microgravedad y sesiones educativas sobre ingeniería aeroespacial. Además, Katy Perry compartió videos de su preparación en redes sociales, transmitiendo su emoción por formar parte de esta misión. Tras el aterrizaje, salió de la cápsula con una margarita en honor a su hija Daisy, visiblemente conmovida, y agradeció a Jeff Bezos por la oportunidad. Esta experiencia, profundamente simbólica, reafirma la creciente representación femenina en la exploración espacial y abre camino para futuras generaciones de mujeres astronautas, científicas y líderes.

Un momento para la historia
Durante el vuelo, Perry interpretó «What a Wonderful World», de Louis Armstrong, resaltando la dimensión humana y colectiva de esta hazaña. Su testimonio enfatiza que no se trató de una simple aventura individual, sino de una experiencia compartida que contribuye al fortalecimiento de la representación femenina en la exploración espacial, un objetivo que sigue siendo fundamental para lograr una verdadera equidad en el ámbito científico y tecnológico.
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