La reforma tributaria se ha convertido en el eje de un debate inevitable para Ecuador. Después del revés político en la consulta popular, Daniel Noboa enfrenta un escenario donde la población rechaza más ajustes, aunque, paradójicamente, el país necesita urgentemente una reforma integral y no simples parches administrativos. Debido a esta coyuntura, resulta imprescindible analizar por qué la reforma tributaria debe ejecutarse, pese a que sea impopular.
Por qué una reforma tributaria es inevitable
La compleja situación fiscal muestra un déficit creciente, una deuda interna que solo se cubre con más endeudamiento y un sistema tributario obsoleto que genera distorsiones. Además, las finanzas públicas dependen cada vez más de los impuestos. Por ello, una reforma tributaria es ineludible. Incluso voces técnicas como Mauricio Pozo señalan que el Gobierno debe sostener sus compromisos con los multilaterales para evitar un deterioro económico mayor. De manera adicional, el riesgo país y la limitada capacidad para emitir bonos complican aún más la estabilidad estatal.
Los problemas estructurales que justifican la reforma tributaria
Según Napoleón Santamaría, Ecuador perdió la capacidad de sostener un modelo basado en cobros anticipados y devoluciones masivas. Solo en 2025, el Estado deberá devolver $870 millones en impuesto a la renta y mantiene atrasos significativos en IVA. Esta realidad evidencia un “Frankenstein normativo” que requiere una reforma tributaria profunda, sin improvisaciones y con lineamientos claros.
Ejes indispensables de una reforma tributaria integral
Una reforma efectiva debe contemplar varios elementos críticos:
1. Ampliación real de la base de contribuyentes
La mejora de capacidades técnicas del SRI, la Aduana y los municipios es crucial. Además, la formalización, la inteligencia fiscal y los controles coordinados permitirían recaudar más sin incrementar impuestos.
2. Revisión de tarifas para mayor competitividad
Comparadas con Perú y Colombia, las tarifas ecuatorianas desincentivan la inversión. Por lo tanto, una reforma tributaria debe corregir distorsiones y equilibrar cargas.
3. Eliminación de impuestos ineficientes
El ICE es un claro ejemplo de ineficiencia, pues recauda menos que el ISD y se evade con facilidad.
4. Reducción de subsidios fiscales mal utilizados
Los subsidios deben mantenerse solo cuando exista un comportamiento fiscal mínimo y verificable.
5. Ordenar el gasto tributario acumulado
Durante décadas se han mantenido beneficios inconsistentes que afectan la recaudación. Por eso, una reforma tributaria debe depurar exenciones innecesarias.
6. Justicia tributaria especializada
Se requiere una estructura judicial experta que genere confianza en ciudadanos e inversionistas.
7. Arbitraje internacional obligatorio
Esto brinda seguridad jurídica y acelera controversias contractuales, fortaleciendo la atracción de inversiones.
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Fuente:
www.lahora.com.ec


