Quito avanza hacia la consolidación de una ciudad más verde y resiliente con la creación de siete Hábitats Ecológicos Urbanos (HEU) en el Parque Bicentenario. Esta es una iniciativa liderada por el Jardín Botánico de Quito con el respaldo del Municipio y cofinanciada por el Fondo Ambiental. Este proyecto forma parte de la XV Convocatoria de Fondos Concursables. Busca mejorar la calidad de vida de la ciudadanía, conservar la biodiversidad urbana y fortalecer el vínculo entre las personas y la naturaleza.

Espacios estratégicos en sectores de alta circulación
Los hábitats estarán ubicados en la zona sur del Parque Bicentenario. Serán en sectores de alta circulación y esparcimiento, permitiendo el contacto directo de los visitantes con la naturaleza. Estos espacios están cuidadosamente diseñados para fomentar la biodiversidad. Durante los próximos doce meses se intervendrán 1.750 metros cuadrados. En ese tiempo, se sembrarán alrededor de 2.500 especies vegetales, incluyendo árboles, arbustos y herbáceas. Habrá una combinación de especies nativas y ornamentales.
Estos espacios servirán como refugio para aves, polinizadores e insectos, fortaleciendo la conectividad ecológica dentro de la ciudad. Este es un aspecto vital para la resiliencia frente al cambio climático y el deterioro ambiental.
Una inversión con impacto ecológico y social
El proyecto cuenta con una inversión total de 193.600 dólares. El 49% proviene del Fondo Ambiental y el 51% es cubierto por la Fundación Botánica de los Andes y el Jardín Botánico de Quito. Su ejecución se desarrollará entre julio y diciembre de 2025. Además, el mantenimiento de estos espacios está garantizado hasta mayo de 2026, asegurando la sostenibilidad y la continuidad de los beneficios generados.
Espacios de contemplación y educación ambiental
Cada uno de los siete hábitats incluirá mobiliario urbano con bancas de descanso. También contará con señalética interpretativa, fomentando el aprendizaje ambiental en la ciudadanía. Cuatro de estos espacios ofrecerán miradores diseñados para la observación de aves. Se convertirán en aulas abiertas de educación ambiental. Además, serán espacios de contemplación y descanso para quienes visiten el parque.
Carolina Jijón, directora del Jardín Botánico de Quito, explicó que con estos hábitats se busca que la ciudadanía experimente los beneficios de la naturaleza en la ciudad. Esto contribuye al bienestar colectivo y fortalece la resiliencia urbana.
Participación ciudadana como eje central
El proyecto fomentará la participación activa de la comunidad a través de jornadas de siembra. También habrá talleres formativos y actividades de monitoreo participativo, con el objetivo de involucrar a la ciudadanía. Se busca promover el cuidado de los espacios verdes y la preservación de la biodiversidad urbana.
Mónica Reinoso, directora ejecutiva del Fondo Ambiental de Quito, destacó que estas acciones responden a un modelo modular. Este modelo es replicable y viable desde lo técnico, social y ambiental. Además, se alinea con la Ordenanza Metropolitana de Infraestructura Verde-Azul, el Acuerdo Quito 2034 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Un beneficio para más de 50.000 personas al mes
Se estima que más de 50.000 personas podrán disfrutar de estos nuevos espacios cada mes. Estos hábitats se convertirán en puntos de encuentro, reflexión y aprendizaje para las familias y visitantes del parque. Además de su impacto ecológico, estos hábitats promoverán la conciencia ambiental en la ciudadanía. También fortalecerán el sentido de pertenencia hacia los espacios verdes de la ciudad. Contribuirán a la construcción de un Quito más sostenible y resiliente.
Fuente: La Hora
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