sábado, 2 agosto 2025
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Quito pierde millones de litros de agua al día: una crisis silenciosa en la red de distribución

Desperdicio de agua

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La capital ecuatoriana enfrenta una seria crisis de gestión del agua potable. Según datos de la Empresa Pública Metropolitana de Agua Potable y Saneamiento (Epmaps), Quito desperdicia el 28 % del agua potable debido a una red de distribución envejecida, fugas constantes y una débil capacidad de monitoreo preventivo. Se trata de un problema estructural que amenaza con agravarse si no se toman medidas urgentes.

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Desperdicio de agua

En el último año, Epmaps atendió más de 14 000 fugas, lo que representa un promedio de 57 reparaciones diarias. El 80 % de estas fugas se presenta en conexiones domiciliarias y el 20 % en redes matrices. Las causas principales incluyen tuberías obsoletas, presión inestable en zonas elevadas y válvulas mal operadas, además de un remanente de tuberías de asbesto-cemento aún en servicio.

28 % del agua tratada se pierde

El exgerente de Epmaps, Othón Zevallos, señaló que el porcentaje de agua no contabilizada —que también incluye conexiones ilegales y errores de facturación— se encuentra por debajo del promedio regional (42 %), pero aún así es alarmante. “El problema está en que gran parte de las fugas son invisibles, y muchas no se detectan a tiempo por la falta de tecnología oportuna”, afirma Zevallos.

Juan Pablo Espinosa, también exgerente de la empresa, añadió que la falta de capacidad de reserva agrava la situación. “La infraestructura está al límite. El sistema debería tener un respaldo del 15 al 30 %, pero eso ya no existe en Quito”, advierte.

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Inversión millonaria como solución urgente

La red de distribución de agua en Quito se extiende por más de 17 000 kilómetros. Para enfrentar esta crisis, Epmaps ha proyectado una inversión de USD 10 millones para renovar 400 kilómetros de tuberías obsoletas. Según Espinosa, esta inversión es viable desde el punto de vista financiero, ya que reduciría significativamente las pérdidas.

Sin embargo, ambos exgerentes insisten en la necesidad de asegurar una estabilidad presupuestaria, pues la recuperación de la inversión depende de una gestión técnica y económica sostenida. Además, subrayan que la ciudadanía también debe participar en el cambio, reduciendo el consumo doméstico y evitando el desperdicio.

Tecnología disponible pero no extendida

Epmaps ha incorporado herramientas tecnológicas como sensores acústicos, correladores, geófonos y fotografía satelital para detectar fugas no visibles. Estas tecnologías permiten identificar filtraciones en zonas donde no ha llovido, lo que indica pérdidas en la red. No obstante, Espinosa criticó que su implementación aún es parcial: “La tecnología existe, pero no tiene suficiente cobertura. Seguimos dependiendo del reporte ciudadano”.

El tiempo promedio de atención a una fuga oscila entre 36 y 48 horas, pero los expertos creen que se debe avanzar hacia una gestión preventiva basada en big data, inteligencia artificial y sistemas predictivos que permitan alertas tempranas.

Quito sin un plan de emergencia hídrico

Otro de los puntos críticos es la falta de interconexión entre los tres grandes sistemas de abastecimiento de Quito: Pita-Puengasí, La Mica-Quito Sur y Papallacta-Bellavista. “Si uno falla, no se puede compensar desde otro ramal”, afirmó Zevallos, recordando que el corte de La Mica dejó sin agua a más de 400 000 personas.

La cobertura del 98 % de la ciudad no significa seguridad hídrica, ya que el sistema actual no puede responder a emergencias ni sostener una demanda en crecimiento. El riesgo de desabastecimiento ya no es hipotético, sino una posibilidad real ante cualquier falla mayor.

Urge una corresponsabilidad ciudadana

Tanto Zevallos como Espinosa hacen un llamado a la ciudadanía para ser parte activa de la solución. El consumo promedio en Quito oscila entre 20 y 28 metros cúbicos por hogar al mes, cuando lo ideal sería 15. Se necesita fomentar una cultura de ahorro, reuso y eficiencia en el uso del agua potable.

Campañas de concienciación, incentivos para instalar grifos e inodoros eficientes, y eliminar prácticas como el lavado de autos con manguera pueden reducir significativamente el desperdicio.

Un sistema frágil que necesita acción urgente

La situación del agua potable en Quito es crítica. Las fugas constantes, la infraestructura antigua, la falta de reservas y la debilidad en la prevención tecnológica conforman un escenario que debe ser atendido con prioridad. Se requiere una inversión decidida del Estado, una gestión técnica robusta y la participación activa de la ciudadanía para garantizar que el recurso más vital no se siga perdiendo cada día.

📌 Fuente: El Comercio

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