El río Machángara, que atraviesa aproximadamente 22 kilómetros del Distrito Metropolitano de Quito, ha sido identificado como el más contaminado de la ciudad. La contaminación del afluente, según un informe reciente de la Secretaría de Ambiente (2024), incluye presencia de metales pesados, grasas, aceites, detergentes, bacterias y restos fecales. La investigadora universitaria Blanca Ríos llegó incluso a comparar el estado del agua con el de una alcantarilla en ciudades europeas como París.

Este crítico escenario ha encendido las alarmas del gobierno local, que ha respondido con un paquete de 14 acciones concretas orientadas a su restauración. El plan se enmarca en una estrategia integral de saneamiento que durará 15 años y tendrá un costo estimado de USD 900 millones, liderada por la Empresa Pública Metropolitana de Agua Potable y Saneamiento (Epmaps).
Reconocimiento como sujeto de derechos
Una de las iniciativas más trascendentales en torno a la defensa del Machángara fue la acción de protección presentada por el Cabildo Cívico de Quito, que logró que el Tribunal de Garantías Penales de Pichincha reconociera al río como sujeto de derechos el 5 de julio de 2024. Este hecho sienta un precedente legal significativo, al obligar a las autoridades a implementar políticas públicas efectivas para su protección y recuperación.
Las 14 acciones clave: un enfoque integral
El paquete de medidas se divide en dos bloques: nueve acciones de ejecución a corto plazo y cinco a mediano plazo. A continuación, se detallan las principales:
1. Diagnóstico técnico especializado
Se realizará un estudio sobre la contaminación de la microcuenca del Machángara, identificando fuentes, tipo de residuos y zonas críticas.
2. Supervisión normativa
La Agencia Metropolitana de Control (AMC) velará por el cumplimiento de regulaciones sobre uso de quebradas y manejo de escombros.
3. Prohibición de vertidos peligrosos
Se prohibirá el vertido de sustancias químicas y residuos peligrosos en quebradas, riberas y el cauce del río.
4. Ampliación de áreas protegidas
Se fortalecerán y expandirán las zonas ecológicas en la cuenca del río, protegiendo los ecosistemas aledaños.
5. Control de descargas industriales
La Secretaría de Ambiente implementará un sistema de monitoreo sobre vertidos líquidos generados por industrias cercanas.
6. Regeneración urbana
Espacios públicos en situación crítica serán recuperados en coordinación con las administraciones zonales.
7. Educación ambiental
Se lanzarán campañas de sensibilización ambiental, por lo que, incluyendo la proyección del documental La Vida de un Río en escuelas municipales.
8. Participación ciudadana
Universidades, ONG y colectivos ambientales serán convocados a colaborar en las actividades de restauración y seguimiento.
9. Transparencia informativa
Las autoridades deberán informar periódicamente sobre el avance del plan a través de canales oficiales.
Medidas de mediano plazo
10. Reforestación de riberas
Se restaurará la vegetación nativa en las riberas del río,por lo que afluentes priorizados, ayudando a estabilizar el suelo y recuperar la biodiversidad.
11. Infraestructura sanitaria dual
Epmaps diseñará un nuevo sistema de tuberías separadas para aguas residuales y pluviales, lo que permitirá un tratamiento más eficiente.
12. Plan de escorrentía verde-azul
Se elaborará un plan conjunto con EPMMOP y el Municipio para manejar el agua superficial con enfoque ecológico e integral.
13. Reforma de ordenanza Verde-Azul
La ordenanza será modificada para asegurar su aplicación efectiva,por lo que, ajustándola a las nuevas necesidades del plan de recuperación.
14. Tecnología de monitoreo en tiempo real
Se instalarán sensores remotos en puntos estratégicos del río para analizar su calidad hídrica de forma continua y precisa.
Un esfuerzo colectivo hacia la restauración
Las autoridades municipales consideran que este conjunto de acciones puede marcar un antes y un después en la recuperación del río Machángara. Debido a que cruza zonas densamente pobladas y constituye un eje ambiental clave para Quito, su restauración es vista como una prioridad no solo ecológica, sino también social y sanitaria.
Con una hoja de ruta clara, participación ciudadana activa y una inversión significativa, Quito se prepara para enfrentar uno de los retos ambientales más complejos de las últimas décadas.
Fuente: Ecuador221
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