Facundo Molares Schoenfeld, el fotoperiodista argentino de 46 años, perdió la vida este jueves durante una manifestación en los alrededores del Obelisco en el centro de la Ciudad de Buenos Aires. Organizaciones sociales y grupos de izquierda lideraban la movilización.
Las primeras noticias indican que Molares se descompensó, y aunque recibió atención urgente del personal del SAME, fue trasladado al hospital Argerich, donde lamentablemente se confirmó su fallecimiento.
Originario de San Miguel, provincia de Buenos Aires, Facundo Molares vivió gran parte de su vida en Chubut. Su padre ejerce como juez de paz en Trevelin.
Como reportero gráfico, trabajaba para la revista Centenario y se identificaba como un militante comunista del Movimiento Rebelión Popular.
En octubre de 2021, el gobierno colombiano liderado por Iván Duque solicitó a Interpol una alerta roja para la detención de Molares. Se le acusaba de haber participado en el secuestro del concejal Armando Acuña en 2009, cuando formaba parte de la columna guerrillera Teófilo Forero. Molares había sido miembro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Un mes después, la Policía Federal de Argentina detuvo al fotoperiodista en Trevelin, donde estaba domiciliado.
El gobierno argentino llegó a considerar a Molares como un “terrorista de máxima peligrosidad”, lo que llevó a que estuviera recluido en un pabellón de alta seguridad en la prisión de Ezeiza, Buenos Aires.
Informes indican que Molares sufría problemas de salud graves, incluyendo pericarditis constrictiva, insuficiencia renal y respiratoria, pérdida de la visión en el ojo derecho y complicaciones cardíacas.
En 2022, Molares enfrentó un proceso de extradición. La solicitud fue rechazada tanto por su defensa como por organizaciones de derechos humanos. Argumentaron que los supuestos delitos que se le atribuyen ocurrieron antes de 2016, quedando bajo el alcance del Acuerdo de Paz firmado entre el Estado colombiano y la guerrilla.
En su momento, Molares expresó: “No quiero ser extraditado y no es apropiado. No participé en esa retención política, incluso el concejal lo afirmó. Mi única tarea fue entregarlo a una comisión humanitaria en un acuerdo con el Estado, en el contexto de los diálogos de paz en curso. Si hubiera querido, me habría quedado en Colombia. Pero elegí firmar el acuerdo, regresar a mi tierra para ver a mi padre, la tumba de mi madre y mi pueblo. Quiero seguir luchando en libertad, no estar en prisión”.
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