Las constantes fallas en los servicios electorales se vienen arrastrando como un lastre en el quehacer político del sufragio, a tal punto que frecuentemente en los procesos se comenta que el que cuenta los votos es el que gana.
La mayor duda con el mayor descaro la produjo un apagón del sistema eléctrico el día de las elecciones cuando Juan Pablo Pozo Bahamonde era el hombre duro del C.N.E., gracias al mágico e imprevisto corte de luz y una orden de quién se desempeñaba como Secretario de Comunicación de la Presidencia de la República, triunfó el candidato Correista.
Luego aparecieron en la cima de la institución algunos personajes que han sido constantemente criticados entre los que destacan Diana Atamaint, Enrique Pita y José Ricardo Cabrera que por lo general conforman la mayoría, creo que casi todos con funciones prorrogadas, dando la impresión de que podrían ser considerados como vitalicios.
En el actual proceso hay muchas quejas en la aplicación del sistema telemático del voto de los ecuatorianos en el Exterior y la ciudadanía espera que solucionen el problema, que por la diferencia horaria muchos no podrán cumplir con su cometido Constitucional de ejercer el libre derecho de sufragar.
No existe funcionario público electo o designado con el carácter de vitalicio y si ellos se consideran con aquel privilegio, el nuevo gobierno deberá buscar la forma legal de reemplazarlos.
Fuente: La nación
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