El presidente de Chile, Gabriel Boric, se pronunció enérgicamente la noche del miércoles 20 de agosto de 2025 sobre los graves incidentes ocurridos en el partido de Copa Sudamericana entre Independiente de Avellaneda y Universidad de Chile. A través de sus redes sociales, el mandatario calificó de “irresponsable” a la Conmebol por permitir que un encuentro de tal magnitud se desarrollara en condiciones que derivaron en un enfrentamiento sangriento entre hinchas.

“Lo sucedido en Avellaneda está mal en demasiados sentidos, desde la violencia en las barras hasta la evidente irresponsabilidad de la organización. La justicia deberá determinar a los responsables”, expresó Boric en su cuenta de X.
El rol del Gobierno chileno tras los disturbios
El jueves 21 de agosto, Boric amplió su postura en un mensaje oficial. Informó que el ministro del Interior, Álvaro Elizalde, viajó a Buenos Aires junto con el embajador chileno para dar asistencia a los ciudadanos heridos y revisar la situación de los detenidos.
El mandatario recalcó que “la violencia no tiene ninguna justificación, de ningún lado” y subrayó que su Gobierno garantizará la protección de los derechos de los ciudadanos chilenos, sin perjuicio de las responsabilidades legales que determinen las autoridades judiciales.
Un partido empañado por la violencia
El encuentro, correspondiente a los octavos de final de la Copa Sudamericana, se disputaba en el estadio Libertadores de América, en Avellaneda, Buenos Aires. El marcador estaba 1-1 cuando el árbitro decidió suspender el partido debido a la violencia desatada en las tribunas.
Medios locales reportaron que cientos de hinchas fueron arrestados, incluyendo alrededor de 300 ciudadanos chilenos. Aunque no se han difundido cifras oficiales de víctimas, se estima que varias personas resultaron heridas durante los enfrentamientos.
La reacción de Conmebol
La Conmebol emitió un comunicado oficial en el que explicó que el partido fue suspendido por “falta de garantías de seguridad”. Asimismo, anunció que se llevará a cabo una investigación detallada para establecer responsabilidades y aplicar las sanciones correspondientes.
Un llamado a la reflexión
El episodio en Avellaneda reabre el debate sobre la seguridad en los estadios sudamericanos y la responsabilidad de los organismos internacionales de fútbol. Para el Gobierno chileno, lo ocurrido no solo es una muestra de la violencia de las barras bravas, sino también de la falta de prevención y control por parte de los organizadores.
El presidente Boric fue claro en responsabilizar a la Conmebol, exigiendo que se asuma el papel que le corresponde en la seguridad de los torneos internacionales, especialmente cuando la vida e integridad de ciudadanos están en riesgo.
Fuente: El Comercio
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