El futuro económico de Ecuador depende de una apuesta clara y sostenida por las exportaciones, la apertura comercial y un crecimiento ordenado. La evidencia internacional —y especialmente la experiencia chilena de las décadas de 1990 y 2000— demuestra que esta combinación es el camino más efectivo para reducir la pobreza y crear prosperidad. Con un 2026 desafiante por menos remesas, menores ingresos petroleros y menos apoyo de los multilaterales, el país necesita una estrategia económica coherente que fortalezca su sector exportador.

Exportaciones: el motor silencioso que sostuvo a Ecuador en 2025
En 2025, la economía ecuatoriana dependió principalmente de las exportaciones no petroleras y no mineras, un segmento que creció un 19% interanual entre enero y septiembre, alcanzando USD 18.521 millones. Esto representó el 68% de todas las ventas al exterior, evidenciando el enorme peso de alimentos, manufacturas, agroindustria y servicios en la economía nacional.
Ese dinamismo contribuyó a que las reservas internacionales alcanzaran récords históricos, aumentaran los depósitos bancarios y se expandiera la oferta de crédito. Las exportaciones, sumadas a las remesas y al financiamiento de multilaterales, sostuvieron la liquidez del país durante el año.
Un 2026 más complejo: menos remesas y menos ingresos del petróleo
El panorama cambia a partir de 2026. Las remesas mostrarán una tendencia a la baja; los multilaterales reducirán su financiamiento; la industria petrolera continuará disminuyendo producción; y la minería formal enfrentará crecientes obstáculos.
La consecuencia es inevitable: sin más exportaciones y sin mayor apertura económica, Ecuador enfrentará estancamiento, menor empleo y caída de ingresos fiscales.
La lección de Chile: apertura comercial como política de Estado
La historia chilena ofrece un precedente contundente. Tras el fin de la dictadura, la izquierda que gobernó bajo la Concertación no desmanteló el modelo de apertura heredado, sino que lo profundizó y lo convirtió en una política de Estado.
Según el economista Andrés Rodríguez, la apertura se convirtió en una estrategia sistemática para asegurar mercados, atraer inversión y sostener el desarrollo social. Esta visión se apoyó en pilares sólidos:
- Disciplina fiscal y control de la inflación.
- Banco Central autónomo.
- Prioridad absoluta en el crecimiento económico.
El expresidente Ricardo Lagos lo sintetizó así: “Lo más importante para derrotar la pobreza es crecer. El énfasis estará en crecer, crecer y crecer”. Esa filosofía permitió que Chile redujera la pobreza de más del 40% en 1990 a menos del 15% al cierre de la Concertación.
Una red global de acuerdos: el salto estratégico de Chile
Entre 1990 y 2010, Chile construyó una red global de acuerdos comerciales sin precedentes:
- Patricio Aylwin fortaleció acuerdos regionales.
- Eduardo Frei consolidó un arancel general bajísimo.
- Ricardo Lagos firmó con EE. UU., UE y Corea del Sur.
- Michelle Bachelet abrió la puerta hacia Asia con China, Japón y el P4.
Al final de ese ciclo político, Chile tenía más de 20 tratados con 56 países, cubriendo gran parte del PIB mundial.
Los resultados fueron contundentes:
- PIB creciendo por encima del 5% anual.
- Empleo exportador asalariado casi duplicado (1996-2003).
- Pobreza reducida de forma acelerada.
- Más recursos para programas sociales gracias al crecimiento.
Ecuador 2026: la única ruta es exportar más
La experiencia chilena muestra que la apertura no es un riesgo, sino una oportunidad. Para Ecuador, se convierte en una necesidad urgente frente al deterioro de sus fuentes tradicionales de ingreso.
Las prioridades son claras:
1. Firmar acuerdos comerciales con Estados Unidos y Japón
Estos mercados representan un enorme potencial para productos ecuatorianos con alta competitividad.
2. Impulsar incentivos para que más empresas exporten
Se requiere reducir trámites, bajar impuestos distorsivos y facilitar la logística.
El exministro Mauricio Pozo propone eliminar gradualmente el ISD, acompañado de un plan económico integral.
3. Convertir la estrategia exportadora en política de Estado
Más allá de los gobiernos de turno, Ecuador necesita un modelo económico sostenido orientado a producir, vender al mundo y crecer.
La visión desde el Gobierno: Ecuador mira a Asia para duplicar su capacidad exportadora
El ministro de Producción, Luis Alberto Jaramillo, proyecta que Ecuador cerrará 2025 con USD 36.450 millones en exportaciones, un crecimiento del 17% frente a 2023 y un nuevo récord nacional.
Señala que:
- Las exportaciones no petroleras ya representan el 28% del PIB.
- Si se suma toda la cadena de valor exportadora, alcanzan el 35% del PIB.
- En cinco años podrían representar el 40% del PIB, priorizando bienes no petroleros.
El camarón ya superó al petróleo como principal producto exportado, mientras surgen oportunidades como pollo y cerdo hacia China.
Ecuador negocia acuerdos con Emiratos Árabes, Japón y nuevos accesos a China, mientras se finaliza el tratado con Corea del Sur y avanza el proceso con Estados Unidos. El enfoque inmediato es claro: Asia es la próxima frontera comercial del país.
Fuente: La Hora
Te puede interesar:
Becas Globo Común impulsan el acceso a maestrías online para ecuatorianos


