El Gobierno ecuatoriano continúa afinando los detalles de operación y mantenimiento Coca Codo Sinclair con Power China, aunque el esquema económico del acuerdo ya está cerrado. La ministra de Ambiente y Energía confirmó que la empresa china busca asumir esta responsabilidad durante 20 años en la central hidroeléctrica más grande del país.
La ministra Inés Manzano explicó que el contrato aún no se firma porque se revisan los términos específicos para proteger los intereses del Estado. Por tanto, se espera resolver estos ajustes finales durante noviembre de 2025.
Revisión de términos contractuales sin modificar montos
Manzano aseguró el 19 de noviembre de 2025, durante el lanzamiento de la Ronda Intracampos III, que el plazo de 20 años no genera objeción por parte del Estado. No obstante, es necesario ajustar valores y condiciones específicas. «Estamos afinando detalles. Espero que esto se resuelva este mes», dijo durante un diálogo con periodistas.
La estructura económica del acuerdo ya está definida. Ecuador recibiría 400 millones de dólares totales: 200 millones en efectivo y el resto reconocido como crédito de proveedor. Asimismo, la ministra aclaró que esta revisión no elevará el monto esperado inicialmente.
Contexto histórico de la central hidroeléctrica
Coca Codo Sinclair se inauguró en 2016 con un costo superior a 3.300 millones de dólares, financiados íntegramente con créditos chinos. Desde entonces, la central registra más de 17.000 fisuras en piezas clave de su infraestructura.
Además, enfrenta la amenaza constante de la erosión regresiva del río Coca, que pone en riesgo la infraestructura de captación de agua. Por consiguiente, la Corporación Eléctrica del Ecuador (Celec) mantiene un proceso de arbitraje con Sinohydro, constructora de la obra, que se cerraría con este acuerdo de conciliación.
Alcance de las responsabilidades de Power China en operación y mantenimiento Coca Codo Sinclair
La ministra afirmó que, al asumir la operación y mantenimiento Coca Codo Sinclair, Power China deberá hacerse cargo de todas las fallas técnicas de la central hidroeléctrica. Esta responsabilidad incluye las más de 17.000 fisuras documentadas en componentes críticos de la infraestructura.
Sin embargo, Power China no asumirá la responsabilidad de la erosión regresiva del río Coca, fenómeno que se registra desde 2020. Manzano subrayó que ninguna empresa puede asumir la responsabilidad de este evento geológico, considerado único en el mundo por su magnitud y características.
Solución inédita: construcción de diques permeables
Por ello, el Gobierno ecuatoriano avanza en la construcción de diques permeables, una solución también inédita a escala global para enfrentar este tipo de erosión. El primer dique registra un avance del 75% y ya superó una prueba crítica importante.
Durante una crecida repentina, el caudal pasó de 300 a 4.000 metros cúbicos por segundo. «Pensé que el dique no resistiría, pero pudo resistir. Me parece que lo vamos a lograr», dijo la ministra con optimismo.
La entrega del primer dique está prevista para inicios de febrero de 2026. Posteriormente, si las evaluaciones cumplen las expectativas técnicas, el Gobierno lanzará la construcción del segundo dique a finales del mismo mes. En total se prevén cuatro estructuras de contención, según los estudios realizados por el Cuerpo de Ingenieros de Ecuador y de Estados Unidos.
Arbitraje internacional se mantiene activo
Finalmente, la ministra Manzano aclaró que Ecuador no retirará el arbitraje internacional hasta cerrar completamente la fase actual de negociación con la empresa. Esta posición busca proteger los intereses del Estado mientras se finalizan los términos contractuales.
En julio de 2025 se conoció que el Gobierno ecuatoriano alcanzó un acuerdo de conciliación con Power China. El convenio, denominado Settlement Agreement, busca poner fin al proceso de arbitraje entre Celec y Sinohydro. PowerChina es la actual denominación corporativa de Sinohydro Construction Group Corporation.
La operación y mantenimiento Coca Codo Sinclair por parte de Power China durante dos décadas representa un hito en la gestión de la infraestructura energética ecuatoriana. Este acuerdo busca garantizar la eficiencia operativa de la central mientras se resuelven las fallas técnicas pendientes desde su inauguración.
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Fuente:
elcomercio


