La Organización de Estados Americanos (OEA) aprobó una resolución condenando enérgicamente el reciente asalto a la Embajada de México en Ecuador, obteniendo 29 de 32 votos a favor. Esta resolución reveló discrepancias marcadas entre los países miembros, especialmente en relación con el exvicepresidente ecuatoriano, Jorge Glas.
Durante la sesión extraordinaria del Consejo Permanente de la OEA, representantes de 18 países tomaron la palabra para expresar su rechazo contundente hacia la acción ilegal perpetrada por las autoridades ecuatorianas contra la sede diplomática mexicana.
Si bien la mayoría de los países condenaron el asalto, solo Colombia, Bolivia y Brasil se pronunciaron a favor de Jorge Glas, solicitando garantías para su seguridad.
OEA: Posturas Contrapuestas y Respuestas de Ecuador
El representante de Colombia exhortó a Ecuador a adoptar medidas para salvaguardar la vida y seguridad de Jorge Glas, haciendo un llamado a prevenir daños irreparables.
Bolivia argumentó que las sentencias contra el exvicepresidente no justificaban la acción del Gobierno ecuatoriano, subrayando que existen otros mecanismos para resolver la situacion.
En la OEA la respuesta, el vicecanciller encargado de Ecuador. Alejandro Dávalos, reafirmó los motivos del Gobierno para justificar el asalto a la embajada, enfatizando el peligro de fuga de un “delincuente común”. Reconoció las preocupaciones de varios Estados y reiteró la disposición de Ecuador para buscar una solución pacífica a la crisis con México.
Reacciones y Llamados a la Diplomacia
La resolución de la OEA refleja la complejidad de la situación diplomática entre Ecuador y México, destacando diferencias significativas entre los países miembros. Ecuador, por su parte, subraya la necesidad de actualizar y fortalecer las convenciones regionales sobre asilo diplomático y combate al crimen organizado.
En medio de esta controversia, las declaraciones ofensivas y la retórica incendiaria han complicado aún más las relaciones bilaterales. La OEA busca promover el diálogo y la resolución pacífica de conflictos, instando a todos los países involucrados a actuar con prudencia y respeto al derecho internacional.
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