El martes 16 de abril de 2024 marcará el octavo aniversario del devastador terremoto que azotó a Manabí y parte de Esmeraldas, desencadenando una serie de desafíos aún presentes en estas provincias costeras de Ecuador. A pesar del paso del tiempo, persiste la incertidumbre sobre el estado de los fondos destinados a la reconstrucción y reactivación tras el desastre natural.
terremoto en Manabí: El legado de la ley de solidaridad
En mayo de 2016, durante la administración del expresidente Rafael Correa, se promulgó la Ley de Solidaridad como respuesta al terremoto. Esta ley implicó un aumento temporal del Impuesto al Valor Agregado (IVA) y la creación de contribuciones adicionales para financiar la reconstrucción. En el segundo semestre de 2016, se recaudaron alrededor de USD 1.623,96 millones gracias a estas medidas.
terremoto en Manabí: El saldo en cuestión
Según datos del Ministerio de Finanzas, hasta febrero de 2024, el saldo en la cuenta del fondo de solidaridad asciende a USD 117 millones. Sin embargo, la asignación presupuestaria para obras relacionadas con la reconstrucción en el Plan Anual de Inversiones (PAI) para 2024 es de solo USD 104 millones, según el viceministro de Finanzas, Daniel Falconí. Esta discrepancia plantea interrogantes sobre la suficiencia de los fondos para abordar las necesidades pendientes.
Opacidad y falta de transparencia
Existe preocupación sobre la transparencia en el manejo de estos recursos. El exministro de Obras Públicas, Darío Herrera, señala la falta de claridad sobre el destino real de los fondos y cuestiona si realmente queda algún monto disponible en la cuenta de la Ley de Solidaridad. Asegura que durante su gestión, no se utilizó dinero del fondo para las obras de reconstrucción.
terremoto en Manabí: Uso desviado de los recursos
Se ha denunciado que los recursos destinados a la reconstrucción se desviaron para cubrir otros gastos del Estado. En 2018, el entonces ministro de Finanzas, Carlos de la Torre, utilizó USD 300 millones de la cuenta para pagar deudas pendientes, a pesar de que estos fondos estaban destinados específicamente a la reconstrucción. Esta práctica cuestionable ha generado controversia y ha socavado la confianza en la gestión de los recursos públicos.
Retos en la ejecución de obras
La ejecución de obras de reconstrucción ha enfrentado diversos obstáculos, desde retrasos hasta irregularidades en los procesos de contratación y ejecución. Esto ha llevado a que algunos organismos multilaterales no desembolsen los fondos comprometidos, afectando el avance de la reconstrucción. La falta de coordinación entre las entidades encargadas de llevar a cabo las obras ha contribuido a esta situación.
Conclusiones
A ocho años del terremoto en Manabí, persisten desafíos en la gestión de los recursos destinados a la reconstrucción. La falta de transparencia, el uso desviado de los fondos y los problemas en la ejecución de obras son algunos de los principales obstáculos que aún deben superarse para lograr una reconstrucción efectiva y duradera en estas provincias afectadas. Se requiere un mayor compromiso por parte de las autoridades y una supervisión más rigurosa para garantizar que los fondos se utilicen de manera adecuada y eficiente en beneficio de las comunidades afectadas.
Más noticias:
Novacero y su nueva planta recuperadora de residuos