Así ha dicho Jehová: Reprime del llanto tu voz, y de las lágrimas tus ojos; porque salario hay para tu trabajo, dice Jehová, y volverán de la tierra del enemigo. Esperanza hay también para tu porvenir, dice Jehová, y los hijos volverán a su propia tierra. Jeremías 31:16-17
Hay madres que sufren porque sus hijos se han desviado del camino de la Verdad que solo está en Jesucristo y han tomado sus propios caminos, se encuentran en cautiverio andan en malos pasos, y allí están esas madres sufriendo por sus hijos, llorando desconsoladamente, pero el Señor en este pasaje les dice que no ha sido en vano todo el dolor que ha pasado, que ya no llore más porque ellos volverán del lugar donde se encuentran, volverán de sus malos caminos y conocerán al Dios Verdadero, al Ünico que les puede dar una nueva oportunidad de vida, para que puedan vivir quieta y reposadamente en la tierra que el Señor los ha plantado y allí puedan dar fruto y fruto en abundancia. Usted madre que sufre, ya no llore m´s, aprópiese de este promesa de Dios y confíe en que Dios puede obrar un milagro en su vida y en la de sus hijos. Para reflexionar: ¿El dolor que siente en su corazón por causa de ese hijo que se fue de la casa es más grande que la fe que puede poner en las promesas de Dios? ¿Cree usted que Dios puede hacer un milagro en su vida y traer a su hijo de regreso a casa, con una vida transformada por su poder? El Señor sí lo puede hacer, clame con fe y adórelo, espere por su milagro.
Fuente: La nación
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