El recién investido presidente de Ecuador, Daniel Noboa, asume el cargo con un llamado claro a dejar atrás viejos esquemas y centrarse en las necesidades urgentes del país. La ceremonia de juramentación se llevó a cabo el jueves 23 de noviembre en el salón del pleno de la Asamblea Nacional, marcando el inicio de un nuevo capítulo para Ecuador.
Noboa sucede a Guillermo Lasso, quien interrumpió su propio periodo al disolver la Asamblea legislativa en mayo, impulsando elecciones extraordinarias.
Enfrentándose a desafíos inmediatos, como un déficit fiscal de 3.500 millones de dólares, la gestión del gasto público, la generación de empleo y el cumplimiento de compromisos multilaterales, Noboa también abordará la reducción de ingresos fiscales tras la prohibición de explotar el Bloque 43-ITT en el biodiverso Parque Nacional Yasuní.
Su promesa de campaña de impulsar el trabajo juvenil crea expectativas en esa población, mientras la incertidumbre rodea la gestión de la crisis energética y las consecuencias del anunciado fenómeno del Niño, que se avecina.
En su discurso de toma de posesión, Noboa destaca su compromiso de romper con el ciclo de revanchas, expresando una disposición a medir todas las decisiones. Haciendo hincapié en su estilo directo, declara que aquellos que busquen atraparlo en viejas escuelas fracasarán. Finalmente, hace un llamado a la unidad, solicitando apoyo y sumando esfuerzos para superar los viejos esquemas políticos y concentrarse en el bienestar de Ecuador.