Las importaciones de fuegos artificiales y pirotecnia en Ecuador alcanzaron niveles récord en 2024, con un valor de USD 4 millones. Esta fue la cifra más alta en una década, según datos del Banco Central del Ecuador (BCE). Solo en el primer semestre de 2025 se importaron USD 2 millones (812 toneladas). Esto representa la mitad de lo adquirido el año pasado, y el 99,79% provino de China.

Asimismo, las importaciones de explosivos como dinamita, detonantes a base de nitrato de amonio y otros materiales alcanzaron un récord de USD 23 millones en 2023. Ese año también se reportó como el más violento en la historia del país, con 9,3 toneladas métricas importadas. Durante la primera mitad de 2025, ya se importaron USD 17,1 millones en pirotecnia y 7,5 toneladas métricas de explosivos. Esto indica que podría superarse el récord del año anterior. Perú es el principal proveedor de explosivos (93,2%), seguido por Chile, Argentina y Bolivia.
La narcocultura detrás de los estallidos
En ciudades como Guayaquil, Manta y Portoviejo, los estallidos pirotécnicos han dejado de ser exclusivos de celebraciones tradicionales. Se han convertido en una expresión de la «narcocultura». Las bandas criminales utilizan la pirotecnia para celebrar asesinatos de rivales, anunciar la llegada de cargamentos de drogas o amedrentar a vecinos. Así, facilitan la extorsión a negocios locales.
Ejemplo de ello fueron los eventos ocurridos en julio de 2025 en Manta y Portoviejo. Estos ocurrieron tras el asesinato de Flavio Leonardo Briones, cabecilla de Los Lobos, su esposa y dos custodios. La banda rival de Los Choneros iluminó el cielo con fuegos artificiales para festejar los crímenes.
Impacto en los barrios y la vida cotidiana
Vecinos de Guayaquil relatan cómo la pirotecnia se ha convertido en un fenómeno cotidiano, especialmente en zonas como el cerro Mapasingue. Un residente comentó: «Antes no eran fuegos artificiales, eran balas… Cambiaron la metralla por la pirotecnia». Las bandas Los Tiguerones y Los Águilas operan en estas zonas. Además, utilizan los estallidos para celebrar la salida de cargamentos de droga o presionar pagos por extorsiones.
Las “tortas” de fuegos artificiales oscilan entre USD 20 y USD 200. En celebraciones grandes, los grupos criminales pueden quemar más de 100 kits pirotécnicos.
La pirotecnia como herramienta de intimidación
Un oficial de policía explicó que el uso de pirotecnia tiene múltiples dimensiones. Sirve para celebrar crímenes, intimidar a la población y está vinculada con explosivos artesanales y minería ilegal. Durante allanamientos, las autoridades encontraron dinamita utilizada para atemorizar a víctimas y presionar por pagos de extorsión.
Además, el control sobre los explosivos es limitado. En Ponce Enríquez (Azuay), se registró el robo de 800 kilos de dinamita que nunca fueron recuperados. Esto evidencia la falta de regulación y control sobre la importación y uso de estos materiales.
Un problema estructural
La Policía señala que la narcopirotecnia es solo una manifestación de un problema mayor. La falta de control y regulación de explosivos en Ecuador es un desafío estructural. El Estado aún no ha logrado implementar medidas efectivas para frenar la circulación de estos materiales ni el uso de la pirotecnia con fines criminales.
El aumento de importaciones y la normalización de estos estallidos reflejan cómo la violencia y la narcocultura se han consolidado en ciertos sectores urbanos del país. Esta situación afecta la seguridad y la tranquilidad de la población.
Fuente: Primicias.ec
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