El modelo de desconcentración territorial impulsado por el Presidente Daniel Noboa Azín representa un cambio estructural en la administración pública ecuatoriana. La medida tiene como propósito acercar los servicios estatales a la ciudadanía, eliminando las barreras impuestas por la centralización histórica del país. Para lograrlo, la Secretaría General de Administración Pública recibió la instrucción de iniciar este nuevo esquema organizativo.
Direcciones provinciales como eje operativo
Este modelo de desconcentración territorial establece que las entidades pertenecientes a la Función Ejecutiva operarán, por norma general, mediante direcciones provinciales en todo el territorio. De manera excepcional, se podrán crear direcciones zonales, las cuales abarcarán dos o más provincias. Asimismo, si la demanda lo justifica, habrá direcciones distritales, subordinadas a las provinciales, para fortalecer la gestión local. La intención gubernamental es clara: construir una administración más eficiente y conectada con las necesidades reales de la población.
Implementación progresiva y enfoque constitucional
La aplicación del modelo de desconcentración territorial está respaldada por la Constitución, que faculta al Presidente a nombrar representantes territoriales para garantizar el cumplimiento de las políticas públicas. Esta estrategia busca erradicar la antigua práctica de diseñar políticas desde escritorios distantes, alejados del contexto territorial. Según el comunicado oficial, la medida corrige una “distribución absurda” que dificultaba el acceso a servicios esenciales.

Impacto esperado en la administración pública
La implementación del modelo de desconcentración territorial no tiene aún un cronograma público definido, pero se prevé su desarrollo en los próximos meses. El Ejecutivo coordinará con las instituciones pertinentes para establecer las nuevas unidades administrativas. Esta reforma también permitirá analizar, caso por caso, la necesidad de establecer direcciones adicionales en zonas con alta demanda de servicios públicos.
Expertos sostienen que el éxito de este modelo de desconcentración territorial dependerá de la asignación adecuada de recursos y de una coordinación eficaz entre los distintos niveles de gobierno. Las expectativas en las provincias son altas, ya que se espera una mayor presencia estatal en sectores fundamentales como salud, educación y seguridad.
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