Una inversión audaz: mil millones de dólares en el Mundial de Clubes
La frase clave “mil millones de dólares en el Mundial de Clubes” no solo destaca por su impacto económico, sino por las complejidades estratégicas detrás de la decisión. En diciembre, DAZN, plataforma global de streaming deportivo propiedad del multimillonario Len Blavatnik, desembolsó esta exorbitante cifra para adquirir los derechos globales del torneo insignia de la FIFA. Esta inversión coincidió con la inyección de capital saudí por parte de SURJ Sports Investment, también por mil millones de dólares, en una jugada que parece más simbólica que rentable.

El fracaso en Francia como advertencia temprana
DAZN ya había protagonizado una crisis en Francia. El acuerdo de 400 millones de euros anuales con la Ligue 1 resultó insostenible. Clubes como Nantes y RC Lens criticaron con dureza lo que percibían como una catástrofe financiera. Joseph Oughourlian, presidente del Lens, calificó la situación como “un desastre de mierda”, evidenciando el descontento generalizado. Los números hablaban por sí solos: apenas 400.000 suscriptores frente a los millones que lograban Amazon y Canal+.
La plataforma finalmente pagó 100 millones de euros para rescindir anticipadamente el contrato. Este episodio demostró que ofrecer solo fútbol, sin contenidos adicionales, no es suficiente en mercados con hábitos consolidados.
Sublicencias que no cubren los costos
Aunque DAZN logró sublicenciar parte de los derechos del torneo, incluyendo un acuerdo con Channel 5 en Reino Unido, los ingresos generados no se acercan a la inversión inicial. ITV ofreció literalmente cero libras para retransmitir algunos partidos, lo que evidencia el bajo interés de los medios locales. En EE.UU., la estrategia fue ceder los derechos a TNT Sports y Univisión, esperando atraer a audiencias diversas mediante accesibilidad.
Una fuente cercana a la estrategia interna de DAZN señaló que la empresa “fuerza la entrada de productos al mercado” en vez de adaptarse a la demanda real. Incluso la monetización publicitaria ha sido escasa. La falta de una plantilla propia para cobertura local también disminuye el impacto del evento.
DAZN busca legitimidad con el Mundial de Clubes
La transmisión gratuita de los 63 partidos a través de su propia plataforma, combinada con una oferta premium, apunta a sumar 100 millones de nuevos usuarios. Aunque ambiciosa, esta estrategia parece poco viable si se considera el desgaste financiero acumulado. Las pérdidas de DAZN ya superan los 1.300 millones de dólares, y la empresa sigue dependiendo de sublicencias y acuerdos temporales.
Pese a esto, su alianza con la FIFA se fortaleció recientemente con el anuncio de que DAZN gestionará el contenido de FIFA+, ofreciendo acceso a archivos históricos, noticias exclusivas y partidos actuales sin contrato de distribución.
Relaciones estratégicas y el rol de Arabia Saudí
El vínculo entre DAZN, la FIFA y Arabia Saudí, facilitado por SURJ Sports Investment, ha creado un triángulo de intereses que sostiene, al menos por ahora, este tipo de megaproyectos. Aunque no se espera un retorno inmediato de la inversión de mil millones de dólares en el Mundial de Clubes, la operación se interpreta como un movimiento geopolítico y de posicionamiento de marca más que como una búsqueda directa de rentabilidad.
El desafío sigue siendo cómo convertir esa visibilidad en usuarios y estos en suscriptores de pago. En una industria donde el contenido no es propio, sino licenciado por plazos breves, la sostenibilidad a largo plazo sigue siendo incierta.
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