Clamor desesperado desde el centro de detención de Bluebonnet
Migrantes venezolanos detenidos en el centro de detención de inmigrantes Bluebonnet, ubicado en Anson, Texas, lanzaron una señal de auxilio. Esta semana, formaron con sus cuerpos las letras “SOS” en el patio del lugar mientras un dron de Reuters sobrevolaba la zona. El gesto fue una súplica pública ante un inminente peligro: la posible deportación al Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT) en El Salvador.
Acusaciones sin pruebas y temor a represalias
Según documentos, videos y procesos judiciales revisados por Reuters, al menos treinta y un hombres venezolanos recibieron notificaciones de deportación. Estas alegaban su vinculación con la peligrosa banda Tren de Aragua. La deportación sería bajo la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798, utilizada ahora por el gobierno de Donald Trump. Sin embargo, familiares de siete de ellos niegan rotundamente cualquier vínculo con pandillas y aseguran que rechazaron firmar dichos documentos.
Deportación interrumpida por decisión judicial

El 18 de abril, las autoridades trasladaron a los detenidos en autobús hacia el aeropuerto regional de Abilene, pero esa misma noche la Corte Suprema bloqueó las deportaciones. Aunque esta decisión representó un alivio temporal, persiste el riesgo de que las autoridades levanten esa protección. Si eso sucede, podrían trasladarlos al temido CECOT, una prisión de máxima seguridad donde el Gobierno ya envió al menos a 137 venezolanos.
Condiciones precarias en el centro Bluebonnet
El centro de detención de Bluebonnet, operado por una empresa privada contratada por ICE, alberga un promedio diario de 846 personas. Reuters sobrevoló las instalaciones después de que ICE le negara el acceso. Las imágenes revelaron a varios detenidos con uniformes rojos, utilizados comúnmente para prisioneros considerados de alto riesgo.
Entre ellos estaba Diover Millán, de 24 años, sin antecedentes penales y trabajador de la construcción. Fue trasladado desde Georgia tras ser detenido en Atlanta. Aunque funcionarios de DHS lo acusan de pertenecer al Tren de Aragua, no han presentado pruebas. Lo mismo ocurre con Jeferson Escalona, de 19 años, arrestado por evadir a la policía y, supuestamente, miembro “autoadmitido” de dicha banda, afirmación que tampoco ha sido sustentada.
“Yo no pertenezco a ninguna pandilla”
Desde el centro, Escalona dio su testimonio por teléfono: afirmó que fue policía en Venezuela y que las autoridades estadounidenses malinterpretaron fotos en su teléfono. En dichas imágenes aparecía haciendo gestos con las manos comunes en su país, que fueron interpretados como signos pandilleros. “Están haciendo acusaciones falsas”, denunció.
Ha solicitado regresar a Venezuela voluntariamente, pero su petición fue rechazada. “Temo por mi vida aquí. Me quiero ir”, declaró.
Contexto político y humanitario
Miles de venezolanos han migrado a Estados Unidos en años recientes, escapando del colapso económico y la represión en Venezuela. Bajo la administración de Joe Biden recibieron protección humanitaria. Sin embargo, el gobierno de Trump ha intentado revertir esas medidas, afectando directamente a estos migrantes.
La angustia de los detenidos persiste. Según sus familias, desde el intento de deportación, duermen por turnos en sus dormitorios. Temen ser deportados en cualquier momento al CECOT, donde las condiciones carcelarias son extremadamente severas.
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