Ecuador ha dado pasos firmes hacia una economía más inclusiva y equitativa mediante la implementación de la Iniciativa de Paridad de Género (IPG). Esta política pública ha logrado articular esfuerzos entre el sector público, privado y organismos internacionales como el Foro Económico Mundial (WEF), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD). Su objetivo: cerrar las brechas económicas de género y fomentar el liderazgo femenino en el ámbito empresarial.

Un modelo de gobernanza que da resultados
Desde su lanzamiento, más de 100 empresas ecuatorianas se han adherido a la IPG, evidenciando un fuerte compromiso con la igualdad de género. En menos de un año, sus efectos han sido significativos. Ecuador escaló del puesto 50 al 16 en el Global Gender Gap Report 2024 del WEF, posicionándose como líder sudamericano en materia de equidad de género.
Según Ana María Pesantes, Secretaría Técnica de la IPG en Ecuador, “la paridad de género no es solo un principio de justicia, es una estrategia inteligente de desarrollo económico”. Y es que los beneficios de reducir las brechas de género se reflejan directamente en el incremento de la productividad y sostenibilidad nacional.
Crédito Violeta: un motor para las emprendedoras
Uno de los pilares fundamentales de este cambio ha sido el acceso a financiamiento. Más de 10.000 mujeres emprendedoras han sido beneficiadas por el programa Crédito Violeta de BanEcuador, que ofrece condiciones preferenciales para impulsar el emprendimiento femenino. Este avance se complementa con la Ley Orgánica para Impulsar la Economía Violeta y el desarrollo del reglamento de la Ley para Impulsar el Emprendimiento Femenino.
Cultura empresarial en transformación
El impacto de la IPG también se refleja en el entorno laboral. Diversas empresas han implementado planes de igualdad, orientados a reducir la brecha salarial, aumentar la representación femenina en cargos directivos y consolidar ambientes de trabajo libres de violencia.
Sin embargo, los desafíos persisten. Según el INEC, una de cada cinco mujeres ha experimentado violencia en su entorno laboral, siendo la psicológica la más común (17,2%). De quienes han sufrido violencia sexual en el trabajo, solo un 3% ha denunciado el hecho.
Frente a esta realidad, la IPG promueve un enfoque estructural, mediante la adopción de protocolos internos, sistemas efectivos de denuncia y la transformación de la cultura organizacional hacia una basada en la equidad y la corresponsabilidad.
Alianzas institucionales para el cambio
La iniciativa cuenta con un modelo de gobernanza robusto, liderado por una Mesa Técnica Permanente y un Grupo de Liderazgo que integran ministerios clave como Producción, Trabajo, Economía, Mujer y Derechos Humanos. También participan empresas líderes como Arca, Nestlé, Grupo Veris, Banco Guayaquil, entre otras.
El Reglamento Operativo de la IPG y el Plan de Trabajo 2024–2026 guían la implementación técnica y sostenida de las políticas de paridad de género en el país.
Hacia una economía con rostro femenino
La IPG Ecuador se posiciona como referente regional en política pública con enfoque de género. Su modelo, basado en datos, alianzas estratégicas y resultados verificables, ofrece una hoja de ruta clara para avanzar hacia una economía más justa, resiliente y productiva, donde las mujeres desempeñen un rol protagónico.
Fuente: KCH Comunicación
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