El 23 de octubre de 2025 concluyó el paro indígena con una marcha pacífica en Imbabura que reunió a miles de manifestantes. La movilización marcó el fin de 31 días de protestas que dejaron tres comuneros fallecidos y decenas de heridos. Por tanto, las comunidades indígenas cerraron este capítulo con ceremonias ancestrales y consignas contra el Gobierno.
La Unión de Organizaciones Campesinas Indígenas de Cotacachi (Unorcac) organizó la caminata desde el partidero de Cotacachi. Este sector fue uno de los puntos más conflictivos durante el paro. Sin embargo, la actitud de los manifestantes cambió radicalmente respecto a jornadas anteriores.
Cambio radical en la protesta de Cotacachi
Los comuneros llegaron desde Ibarra, Cotacachi, Otavalo y Atuntaqui portando banderas y carteles. No obstante, sus caras estaban descubiertas y no llevaban elementos para enfrentamientos. Los agentes de la Fuerza Pública mantuvieron sus escudos abajo mientras los baldes con bombas lacrimógenas permanecieron en los camiones.
Inicialmente, unas 100 personas iniciaron la movilización en la vía E-35. En consecuencia, en dos horas la concentración creció hasta superar los mil manifestantes. Los indígenas cerraron nuevamente el tránsito vehicular en todos los sentidos. Además, solicitaron que los uniformados se retiren para realizar una ceremonia bajo el puente que conecta la Panamericana Norte con Cotacachi.
La marcha pacífica en Imbabura: ceremonias y memoria
Efraín Fuerez, comunero de 46 años, fue la primera víctima mortal del paro. El 28 de septiembre recibió un impacto de proyectil en el pecho durante la protesta. Por ende, la comunidad realizó un ritual indígena con plantas y limpias ancestrales en su memoria. Asimismo, pintaron murales en honor a las víctimas bajo el puente de la E-35.
Posteriormente, la marcha se dirigió hacia Otavalo bajo custodia policial. Aunque hubo gritos contra los agentes, solo se produjo un breve enfrentamiento a la altura de Pinsaquí. Los policías lanzaron un par de bombas lacrimógenas que dispersaron rápidamente el problema.
Retorno gradual a las comunidades
La mayoría de los manifestantes se fue quedando en cada una de sus comunidades. Mientras tanto, solo un reducido grupo llegó a Otavalo pasado el mediodía. Un pequeño tramo de la entrada norte del cantón se cerró unos minutos ante la aglomeración. Sin embargo, no hubo ningún tipo de enfrentamiento adicional.
Finalmente, la marcha pacífica en Imbabura cerró el paro de 31 días sin lograr las consignas propuestas. Las ciudades empiezan a reabastecerse y retomar su ritmo normal. Igualmente, los vehículos que habían comenzado a circular desde la tarde anterior tuvieron que tomar desvíos por caminos de segundo orden. El tráfico se tornó pesado debido a troncos y piedras gigantes que aún cortaban vías al interior de comunidades como Iluminán y Peguche.
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