El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, lanzó un nuevo llamado a la “paz” con Estados Unidos. Este mensaje llega en medio de uno de los momentos más delicados en la relación bilateral de los últimos años. El reforzamiento del despliegue militar estadounidense en el Caribe, sumado a rumores de una posible intervención, ha elevado la incertidumbre regional y encendido las alarmas en Caracas.

A través de un mensaje difundido en la televisión estatal, Maduro acusó a Washington de violar derechos humanos y el derecho internacional. Además, aseguró que Venezuela no busca confrontaciones, sino un camino diplomático para evitar una escalada militar.
Llamado a la distensión en medio de una crisis geopolítica creciente
En su intervención, Maduro insistió en que Venezuela está dispuesta a abrir espacios de diálogo pese a años de tensiones, sanciones económicas y choques diplomáticos con Estados Unidos. El mandatario afirmó que su Gobierno “quiere paz, no guerra”. Esta frase incluso la pronunció en inglés para enviar un mensaje directo a la comunidad internacional.
Este discurso surge en un contexto de creciente despliegue militar estadounidense en el Caribe, movimiento que Caracas interpreta como una amenaza directa. Por lo tanto, la administración Maduro busca mostrarse como un actor responsable y defensor de la estabilidad regional. La intención es proyectar una imagen moderada ante sus aliados y organismos internacionales. El Caribe se ha convertido en un punto focal en esta disputa, reflejando la complejidad geopolítica de la región.
Acusaciones directas contra Washington
El presidente venezolano acusó al Gobierno estadounidense de violar “los derechos humanos y el derecho internacional”. Además, advirtió que estas acciones no se limitan a Venezuela. Según él, representan un patrón que afecta “a toda la humanidad”.
Maduro enmarca así su postura dentro de una narrativa más amplia. Esta sostiene que Estados Unidos intenta imponer su hegemonía mediante presión militar y diplomática, afectando a países que desafían su influencia. Con ello, Caracas busca apoyo en foros multilaterales y naciones alineadas con una visión multipolar del orden mundial, especialmente en el Caribe.
Trump asegura haber tomado una decisión sobre Venezuela
Mientras Maduro envía mensajes de paz, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, afirmó que ya ha tomado una decisión sobre Venezuela. Sin embargo, no detalló cuál será la postura oficial de la Casa Blanca. Esta declaración ha incrementado la incertidumbre sobre los posibles escenarios, que van desde una intensificación de sanciones hasta medidas más severas en el ámbito militar o diplomático. La incertidumbre afecta especialmente al Caribe.
Este tipo de mensajes, sin especificaciones, contribuyen al clima de especulación que hoy domina la relación Washington–Caracas. Esta relación ha estado afectada durante años por diferencias ideológicas y acusaciones mutuas.
Una tensión que trasciende la frontera venezolana
La situación entre ambos países se inserta en una disputa geopolítica más amplia. En ella, Venezuela ha buscado reforzar vínculos con otros actores internacionales como Rusia, China e Irán. Esta alineación estratégica es observada con atención por Estados Unidos, que considera que dichos acercamientos pueden desestabilizar el equilibrio de poder en el hemisferio.
En paralelo, países de la región siguen con cautela los acontecimientos, preocupados por el impacto que una escalada militar podría tener sobre la estabilidad y seguridad del Caribe y América del Sur.
Maduro intenta capitalizar el discurso de soberanía
El mandatario venezolano busca aprovechar este momento para posicionarse como defensor de la soberanía nacional. Acusa a Washington de orquestar presiones externas. Este tipo de narrativa es utilizada por Caracas para fortalecer su legitimidad interna. Además, busca movilizar apoyo dentro de su base política, especialmente en momentos de dificultades económicas y sociales.
La comunidad internacional observa con preocupación
Diversos gobiernos y organismos multilaterales han pedido reducir la tensión y retomar espacios diplomáticos para evitar un conflicto mayor. Analistas internacionales coinciden en que un enfrentamiento militar tendría repercusiones profundas en la región, con efectos humanitarios, económicos y de seguridad difíciles de contener. La estabilidad del Caribe podría verse comprometida.
Por ahora, el llamado de Maduro a la “paz” contrasta con los movimientos militares y declaraciones firmes por parte de Washington. El panorama sigue siendo incierto y dependerá de las decisiones que adopten ambas naciones en las próximas semanas.
Fuente: Negocios.com
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