Para defender lo indefendible el presidente del gobierno responsable de la irregular adquisición de 7 helicópteros (4 accidentados y 3 que no vuelan), en uno de sus millones de tuits que escribe dice: “Yo viajé cerca de DOSCIENTAS veces en los helicópteros Dhruv, pero estaba al tanto de la «falta de idoneidad» de los helicópteros. ¡Ya no saben qué decir! La única falta de «idoneidad» es la del perito…”.
Qué bueno que al menos en los que se movilizó no haya sufrido accidente alguno, pero eso no descalifica el informe, el tercero nuevo y/o reconstruido, presentado recientemente y que no hubiera sido necesario volverlo hacer si el que se entregó en su gobierno (2015) no “desapareciera” y por el cual debe responder él y también tres de sus ministros, ya que terminaron haciendo público uno inexistente, elaborado a su gusto y deslindando toda responsabilidad por el asesinato del Gral. Jorge Gabela, atribuyéndolo a la “delincuencia común” y no, precisamente, a lo que revela el de ahora: el asesinato estuvo relacionado con la exigencia de Gabela de no comprar esos helicópteros, entre otros motivos por irregularidades en el proceso de adquisición.
Los fallecidos en los accidentes registrados en los aparatos indios no cuentan, los que sí valen son los casi 200 vuelos que hizo su majestad. Y, ¿Qué habría pasado si en uno de ellos se producía un desperfecto o se caía dejando solo heridos? ¡Ah! Eso sí habría sido terrible porque hasta ahora y para siempre los ecuatorianos sabrían del “intento de magnicidio”, “atentado criminal en mi contra”, “me quiso matar la oposición de la larga noche neoliberal”, “los helicópteros son los mejores, pero la prensa corrupta es cómplice del asesinato que no se logró consumar”, “nada ni nadie ocultará el propósito criminal; prohibido olvidar” y así por el estilo. Sin embargo, la verdad conocida es otra: el general Gabela está muerto (¡su autor material estaba enterrado, luego votó en unas elecciones y ahora nadie sabe si está muerto o vivo!, mientras los autores intelectuales, bien gracias), los helicópteros no sirvieron, los responsables del informe desaparecido no dan la cara, y el jefe de toda esta organización sólo quiere la victoria de su binomio para meterle manos a la justicia y “derrumbar la persecución política”.
Así como ahora se sabe que viajó unas dos centenas de veces en los Dhruv, bueno sería saber cuántas veces en su periodo las naves presidenciales volaron por el mundo sin pasajeros, salvo su tripulación. Cuáles fueron los destinos, qué carga llevaban y cuáles eran sus objetivos. ¡Los ecuatorianos no lo saben!
Fuente: La nación
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