Aunque aplicaciones como Tinder o Bumble dominan el mercado de las citas, ligar en la oficina se mantiene como una práctica sorprendentemente común. De hecho, no son pocos los que afirman que en el entorno laboral se liga incluso más. Esta tendencia, respaldada por diversos estudios, pone sobre la mesa una pregunta inevitable: ¿compensa realmente?

El lugar de trabajo como escenario sentimental
Para muchos, el entorno profesional se ha transformado en un segundo hogar. Pasar tantas horas con los mismos compañeros facilita inevitablemente la creación de vínculos. No es extraño, por tanto, que ligar en la oficina derive en relaciones afectivas de diferente intensidad, desde encuentros ocasionales hasta compromisos duraderos.
Según una encuesta realizada por Zety a más de 1.000 trabajadores, el 80% ha tenido algún tipo de relación sentimental o sexual con un colega. Incluso, el 56% ha repetido esta experiencia. A pesar de su frecuencia, el 91% de los encuestados considera que estas relaciones deberían restringirse, especialmente entre personas en diferentes niveles jerárquicos.
Beneficios percibidos por quienes se animan a intentarlo
Aun cuando ligar en la oficina pueda parecer una mala idea, algunos trabajadores lo consideran altamente beneficioso. Según el mismo estudio, el 38% reporta una mayor satisfacción profesional, y alrededor del 35% afirma sentirse más productivo o lograr una mejor conciliación entre vida personal y laboral.
Además, la Society for Human Resource Management señala que el 85% de quienes tuvieron romances laborales mejoraron su estado de ánimo, mientras que el 83% incrementó su motivación. Estas cifras reflejan una dimensión positiva que, aunque real, no puede ser considerada sin matices.
Consecuencias negativas: el precio oculto del romance laboral
Sin embargo, no todo es favorable cuando se trata de ligar en la oficina. El 88% de los participantes en el estudio de Zety presenció conflictos surgidos por estas relaciones: represalias, incomodidades o rupturas del clima laboral. Más aún, el 29% dejó su empleo a raíz de un romance, y el 22% fue directamente despedido.
Por otra parte, un estudio citado por Psychology Today muestra cómo quienes están involucrados en una relación amorosa en el trabajo pueden perder la confianza de sus colegas. Aunque no siempre sean conscientes de ello, sus compañeros tienden a percibirlos como menos profesionales, lo que afecta negativamente a la dinámica del equipo.
Una decisión que requiere madurez y cautela
En conclusión, aunque ligar en la oficina puede parecer una opción atractiva y accesible, sus implicaciones son profundas. Los beneficios emocionales o motivacionales pueden verse contrarrestados por efectos secundarios perjudiciales, tanto a nivel individual como organizacional. Por tanto, antes de embarcarse en una relación dentro del ámbito laboral, conviene reflexionar seriamente si el riesgo merece la pena.
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