El vibe coding, que prometía acercar la programación a cualquier persona mediante inteligencia artificial, enfrenta una crisis de rentabilidad. Startups como Windsurf, Cursor y Replit dependen de modelos de grandes tecnológicas y los costes de acceso están hundiendo sus márgenes.
Qué es el vibe coding
Este concepto describe el uso de modelos de lenguaje (LLM) para programar mediante instrucciones en lenguaje natural. Plataformas como Cursor, de Anysphere, permiten al usuario escribir lo que quiere y dejar que la IA genere el código.
El modelo de negocio es sencillo: la startup cobra una suscripción, pero a su vez debe pagar a empresas como OpenAI, Anthropic o Google por el uso de sus APIs (GPT, Claude, Gemini).
El problema de fondo
Los modelos más avanzados, como GPT-5, ofrecen mejores resultados, pero también son más caros. Los usuarios esperan siempre la mejor IA, lo que obliga a las startups a integrar modelos de alto coste sin aumentar el precio de la suscripción.
Esto las coloca en una situación complicada: compiten no solo entre ellas, sino también contra las propias creadoras de los modelos, que ya ofrecen sus propias soluciones de vibe coding, como Claude Code o Codex.
Márgenes al límite
La dependencia casi total de terceros significa que un cambio en las tarifas de las APIs puede hacer inviable el negocio. Según TechCrunch, Windsurf, valorada en 3.000 millones de dólares, registraba márgenes brutos muy negativos.
Gran parte del sector apostaba a que los precios de la IA bajarían con el tiempo, pero la realidad, por ahora, es la contraria.
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Fuente: www.xataka.com