Mientras los debates sobre reducción del riesgo de desastres suelen girar en torno a tecnología costosa y compleja, un nuevo informe de la Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres (UNDRR) propone una visión distinta: democratizar la innovación con herramientas accesibles, útiles y contextualizadas.
El documento, titulado “Informe especial sobre el uso de la Tecnología para la Reducción del Riesgo de Desastres” (Tech4DRR), destaca que las soluciones “low-tech” pueden ser tan eficaces como las sofisticadas. Y, más importante aún, pueden salvar vidas.
Soluciones desarrolladas desde lo local
El informe, elaborado en colaboración con NASA, ARISE USA y el Grupo Asesor Científico y Técnico Regional (RSTAG), advierte sobre una brecha crítica: los países en desarrollo rara vez participan en el diseño de las tecnologías que terminan adoptando.
Tech4DRR defiende un enfoque participativo, que incorpore los conocimientos de las comunidades más expuestas a amenazas. Sistemas de alerta temprana basados en saberes indígenas y aplicaciones comunitarias para recolectar datos son ejemplos de que la tecnología útil no siempre tiene que ser cara ni importada.
Tecnología que responde al contexto
El informe subraya que la tecnología no es neutral. Herramientas creadas con datos y parámetros del Norte global no siempre se adaptan a las realidades del Sur. Problemas como la falta de conectividad, presupuesto o infraestructura requieren soluciones diseñadas desde el entorno local.
Países de América Latina y el Caribe enfrentan estas limitaciones de forma cotidiana. Sin embargo, muchas veces solo acceden a tecnologías desarrolladas en otros contextos, que no contemplan sus particularidades ni sus restricciones estructurales.
Más participación y menos dependencia
«La tecnología por sí sola no puede resolver los desafíos de la reducción del riesgo de desastres», señala el informe. Se necesita un enfoque inclusivo, donde la innovación se combine con participación comunitaria, fortalecimiento de capacidades y acceso equitativo a la información.
Para Nahuel Arenas, jefe de UNDRR para las Américas y el Caribe, se trata de cerrar no solo la brecha tecnológica, sino también la de participación: “La tecnología tiene el potencial de transformar la forma en que enfrentamos el riesgo de desastres, pero ese potencial solo se cumple si es contextual, útil y accesible”.
La mirada de la ciencia aplicada
Shanna McClain, directora del Programa de Desastres de la NASA, destacó el valor de conectar ciencia y necesidades reales: “Cuando alineamos la ciencia y la tecnología de la Tierra con las necesidades del mundo real, podemos reducir mejor el riesgo y servir a los más afectados”.
El informe muestra casos de uso de inteligencia artificial en América Latina, analiza cómo las redes sociales pueden apoyar la prevención y rescata experiencias exitosas con tecnologías sencillas basadas en conocimiento local.
Una invitación al debate global
Tech4DRR se presentará oficialmente el 23 de julio en un evento virtual con interpretación simultánea en español, inglés y portugués. Se abordarán los cinco capítulos del informe y se contará con un panel de alto nivel que incluye representantes del sector privado, agencias internacionales y la cooperación global.
La iniciativa busca iniciar una conversación urgente: cómo democratizar la tecnología para reducir el riesgo de desastres, empoderar a las comunidades y asegurar que todas las voces estén representadas en los procesos de innovación.

Un cierre del Marco de Sendai con mirada al futuro
Este informe llega en el último quinquenio del Marco de Sendai 2015–2030. En un contexto de amenazas crecientes y costos humanos y económicos cada vez más altos.
En palabras del propio documento, la tecnología puede transformar nuestra manera de prevenir y enfrentar desastres. Pero solo si se pone al servicio de las personas, sus contextos y sus conocimientos.
Fuente: Reliefweb
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