Todo lo malo siempre tiene sus consecuencias, las horrendas y atroces acciones por lo general comienzan mal y terminan peor, el asesinato de Fernando Villavicencio por ningún caso, ni motivo, será la excepción de esta regla de la vida.
El peor castigo que recibirán sus detractores, asesinos y enemigos será en las urnas electorales y la bofetada final será que un mártir de la democracia les gane sin estar presente físicamente en las elecciones.
Como recomendación y en prevención de otro posible y final zarpazo político electoral, debe ser un control exageradamente riguroso de los programas y sistemas de cómputos que como se conoce ya han sido usados en anteriores comicios.
No perder la fe, el mal nunca vencerá al bien y como les recomendé en algún momento, siempre pensar QUE LOS BUENOS SIEMPRE SOMOS MÁS.
Fuente: la nación
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