La Casa de las Culturas de Ecuador expresó su “profunda preocupación y rechazo” frente a la decisión del presidente Daniel Noboa de fusionar el Ministerio de Cultura y Patrimonio Nacional con el Ministerio de Educación. La medida se enmarca dentro del plan de reestructuración del Ejecutivo, que pasó de 20 a 14 ministerios. Además, incluyó el despido de 5.000 funcionarios públicos.

Un retroceso para el sector cultural
Según la institución con sede en Quito, la fusión de estas carteras representa un grave retroceso para el sector cultural ecuatoriano. Asimismo, agrava la desinstitucionalización de un sector históricamente relegado y debilitado por las distintas administraciones de gobierno.
La Casa de las Culturas advirtió que la decisión compromete principios fundamentales. Estos incluyen la continuidad, la planificación y la garantía de los derechos culturales en el país. Además, vulnera espacios que promueven la creatividad, el pensamiento crítico y la memoria social de la ciudadanía.
Llamado a la ciudadanía y al sector cultural
Ante este escenario, la Casa de las Culturas hizo un llamado urgente a los actores culturales, artistas, gestores y a la ciudadanía a organizarse en defensa de sus derechos culturales. Convocaron a asambleas provinciales para definir acciones conjuntas. Estas acciones permitirán articular una respuesta frente a esta medida.
“Ponemos todo nuestro contingente a disposición de este momento histórico”, señaló la institución en su comunicado. Reafirmaron su compromiso con la defensa de los espacios culturales como pilares de la democracia y la libertad de pensamiento en Ecuador.
Contexto del recorte y relación con el FMI
La decisión del Ejecutivo forma parte del plan de control del déficit fiscal y equilibrio de las cuentas estatales. Esto está en línea con las metas establecidas en el acuerdo crediticio con el Fondo Monetario Internacional (FMI). El acuerdo contempla un financiamiento de USD 5.000 millones en cuatro años, firmado en 2024.
Este recorte, considerado el más grande de los últimos años, se ha justificado por la necesidad de reducir el gasto público. Sin embargo, la afectación a sectores estratégicos como la cultura y la educación ha encendido las alarmas de diversas organizaciones y colectivos sociales. Estos temen que las políticas de austeridad impacten negativamente en los derechos culturales. Además, el acceso a servicios públicos esenciales para la ciudadanía puede quedar afectado.
Fuente: Yahoo Noticias
Te puede interesar:
Superintendencia de Bancos supervisa fallas en la app del Banco Pichincha tras múltiples reportes