El futbolista Alejandro «Papu» Gómez, campeón del mundo con la selección argentina en Qatar 2022, aseguró que «nunca» recurrió a «una práctica prohibida», tras confirmarse su positivo en un control antidopaje efectuado poco antes del Mundial.
«Nunca he tenido ni tendré la intención de recurrir a una práctica prohibida», sostuvo el futbolista, de 35 años y actual jugador del Monza italiano, en un comunicado en el que confirmó que el Comité Sancionador Antidopaje de la Comisión Española para la Lucha Antidopaje en el Deporte le comunicó este viernes la sanción de dos años.
El episodio tuvo lugar cuando jugaba en el club español del Sevilla en octubre de 2022, antes del Mundial de Qatar, donde fue titular en dos partidos: ante Arabia Saudí (fase de grupos) y Australia (octavos de final).
De acuerdo con el club Monza, «se constató la presencia de terbutalina en las muestras biológicas del futbolista», un fármaco que Gómez dijo haber ingerido en su casa «para calmar una crisis de broncoespasmo».
En concreto, detalló que la presencia de terbutalina en su organismo se produjo «por haber recibido por error y de forma accidental, involuntaria y no intencionada una cuchara del jarabe» de su hijo pequeño «para el alivio de la tos».
«Conviene no obstante precisar que el uso terapéutico de la terbutalina está permitido para los deportistas profesionales y que en ningún caso mejora el rendimiento deportivo en el fútbol», agregó.
El tema, dijo, está en manos de sus abogados «al considerar que la tramitación del expediente disciplinario no se habría realizado conforme a lo dispuesto en la normativa».
Desde el Mundial, el entrenador de la selección argentina, Lionel Scaloni, no ha vuelto a contar con «Papu» Gómez y la prensa local lo atribuye a diferencias personales con otros futbolistas del plantel, entre ellos, Lionel Messi.
Fuente: La nación
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