El líder supremo de Irán, ayatolá Alí Jamenei, lanzó una contundente advertencia este 18 de junio de 2025 a Estados Unidos. Advirtió que cualquier intervención militar a favor de Israel generaría un «daño irreparable». El mensaje fue transmitido por la televisión estatal iraní y leído por un presentador, no por el propio clérigo. “Los iraníes no se rinden”, expresó el líder supremo, destacando el historial de resistencia de su nación.

Esta declaración se da en el contexto del sexto día de enfrentamientos entre Irán e Israel. Esto se da en medio de informes de que el presidente estadounidense, Donald Trump, evalúa la posibilidad de unirse a los ataques israelíes contra instalaciones nucleares iraníes.
Posible blanco: la planta de Fordo
Según CBS News, Trump considera atacar la planta subterránea de Fordo, uno de los centros más protegidos del programa nuclear iraní. Solo Estados Unidos tiene la bomba de 13.600 kg capaz de penetrar su profundidad.
Las tensiones se dispararon tras los ataques israelíes a varias instalaciones nucleares en Irán, incluyendo Natanz e Isfahán. Se reportó la presunta muerte de nueve científicos iraníes. A pesar de los daños en estructuras superficiales, la planta de Fordo habría sufrido impactos limitados.
Un dilema geopolítico de Trump
El presidente Trump se reunió con su equipo de seguridad nacional en la Sala de Crisis de la Casa Blanca para analizar los pasos a seguir. Sus asesores están divididos. No obstante, el propio mandatario exigió la «rendición incondicional» de Irán a través de sus redes sociales.
Según el analista Frank Gardner, de la BBC, este es un momento de inflexión que podría definir el futuro del Medio Oriente. “Irán ha perdido aliados en la región, pero aún tiene capacidad para causar un gran daño”, advierte. En caso de ataque estadounidense, se temen represalias contra bases en el Golfo Pérsico, Bahréin, Irak y Kuwait. También hay temores sobre posibles atentados a infraestructuras clave como plantas desalinizadoras y terminales petroleras.
El fantasma del petróleo y el estrecho de Ormuz
Una de las mayores preocupaciones es la posibilidad de que Irán bloquee el estratégico estrecho de Ormuz, por donde transita casi el 30% del petróleo mundial. También podría replicar ataques como el de 2019 contra la industria petrolera de Arabia Saudita, usando drones y misiles para generar caos en los mercados globales.
Cifras del conflicto
El Ministerio de Salud iraní informó que los ataques israelíes han causado 224 muertes, en su mayoría civiles. Por su parte, las autoridades israelíes confirmaron 24 víctimas fatales por los ataques de represalia iraníes.
Misiles y drones en juego
Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) confirmaron que uno de sus drones fue derribado en espacio aéreo iraní durante una operación. El hecho demuestra la intensidad del enfrentamiento militar. Aunque también evidencia que los ataques iraníes han disminuido en magnitud. Esto posiblemente se deba a los severos daños sufridos en su infraestructura militar.
Israel justifica sus ataques ante la ONU
El ministro de Asuntos Exteriores de Israel, Gideon Sa’ar, envió una carta al Consejo de Seguridad de la ONU. En ella explicaba que su país actuó en legítima defensa tras décadas de agresiones iraníes y amenazas existenciales. Según Sa’ar, Irán tiene un plan estratégico para eliminar a Israel. Así pues, los ataques recientes fueron una medida preventiva.
Mientras tanto, Irán defiende su derecho a un programa nuclear pacífico, en el marco del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP). Pide al Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) que condene los bombardeos israelíes.
Escenario incierto con riesgo global
El conflicto entre Irán e Israel está en una fase altamente volátil. Cualquier paso en falso por parte de EE.UU. podría desencadenar una guerra regional de gran escala. Esto tendría consecuencias no solo para Medio Oriente, sino también para la estabilidad energética y económica mundial. El mensaje de Jamenei marca una línea roja clara para Washington, y el mundo espera con tensión los próximos movimientos en esta peligrosa partida geopolítica.
Fuente: BBC Mundo
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